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Xenofobia en Perú contra venezolanos: Una situación con varias caras

octubre 9, 2019
Venezolanos reciben ataques xenófobos mientras realizan sus jornadas laborales / Foto: Cortesía

Las redes sociales dan cuenta de una campaña que pareciera hacerse mayor en contra de los inmigrantes venezolanos en Perú. Pronunciamientos de una congresista peruana (“Venezolanos, malos o buenos, tienen que salir del Peru”) sumados a alguna marcha en la que se escuchan consignas en contra de los llegados desde la tierra que vio nacer a Simón Bolívar, le han añadido más preocupación a quienes dejaron la patria caribeña para escapar de la caótica situación que se instaló en la nación que suma ya 20 años gobernada por el chavismo.

La angustia por esta realidad también invade a quienes desde lejos ven cómo su gentilicio se ha convertido en objeto de desprecio. A través de Twitter, Facebook e Instagram se han viralizado imágenes y videos que muestran tal rechazo. En días pasados, se pudo apreciar una manifestación con consignas como “Fuera venecos” y “Maduro, recoge tu basura”.

Según un reporte de la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Refugiados, publicado en su página web, 800 mil venezolanos viven en Perú y 280 mil de ellos han solicitado la condición de refugiado. Dicha cifra los posiciona como el primero que acoge a ciudadanos venezolanos con necesidad de protección internacional y el segundo destino de refugiados y migrantes de ese país en el mundo.

La Acnur define la xenofobia como el miedo y el rechazo hacia las personas extranjeras. Además, afirma que existen dos características comunes de esta actitud: la falta de empatía hacia personas consideradas de una cultura diferente y la violencia que puede llegar a desencadenar.

Testimonios

Anyeli Barceló, una venezolana de 24 años de edad que llegó el 17 de septiembre del 2018 al país inca, dice sentir miradas con desprecio con tan sólo caminar por las calles de Ilo, ciudad ubicada en la parte suroeste de dicha república. “Nos ven como invasores cuando en realidad sólo hemos venido a trabajar”.

La joven, nativa de Irapa, estado Sucre, señala que el hecho de que un venezolano vista bien y coma “buenas papas” genera cierta incomodidad en los peruanos, quienes, según comenta, no dudan en cuestionar el oficio que éstos realizan al verlos cancelar la cuenta. "Pareciera que los venezolanos no tenemos derecho a ser gente buena y decente, sino que obligatoriamente tenemos que andar en actividades ilícitas. Te ven arregladito y ya te etiquetan mal, creen que eres una prostituta o un estafador”.

A la hora de trabajar, los ataques xenófobos también son comunes, cuenta Víctor Macuare, un Técnico Superior Universitario (TSU) en Informática oriundo de Barcelona, estado Anzoátegui, que salió de Venezuela hace un año junto a su esposa e hija.

“La primera experiencia la tuve en mi trabajo cuando una peruana de la tercera edad me gritó ¡Venezolanos, ladrones! ¡Váyanse a su país!... Yo no le dije nada porque era una señora mayor. Tratar de cambiarle la forma de pensar a un viejito es como intentar hacerlo con un chavista... Algo casi imposible”.

Macuare, que trabaja en un local de servicios técnicos en computación en la localidad de Trujillo, fue defendido por una compañera de trabajo, quien le respondió a la atacante: “No todos los venezolanos son ladrones, también hay gente que viene a trabajar”.

El rechazo se expande hacia los vendedores ambulantes, de acuerdo con el testimonio de Yolimar Perfecto, una periodista que actualmente se encuentra radicada en una zona popular de Lima llamada Santa Anita, y que labora ofreciendo desayunos.

“Aquí, los llamados serenos (vigilante nocturno) o los fiscalizadores, llegan y te quieren quitar todo lo que tengas y montarlo en el camión (…) La policía no hace nada para ayudarte, realmente es una locura”.

Claudio Herrera, de Puerto La Cruz, comenta: “Aquí, como un insulto, nos dicen venecos, y cuando te vas a postular para una entrevista te dicen que (la vacante) es sólo para peruanos, no para extranjeros”.

Herrera dice haber sido “rebotado” al menos nueve veces; alega que, aunque la situación le ha afectado a nivel emocional, no ha sido un obstáculo para surgir. Tiene dos emprendimientos, como lo son un puesto de comida rápida y un centro de copiado. “Y, de alguna u otra forma, me va hasta mejor, ya que los trabajos que te ofrecen acá, por lo general, pagan salario promedio al sueldo mínimo, sin beneficios”.

No descarta que en Perú aún queden personas de buen corazón, atentas a las necesidades de quienes, independientemente de su nacionalidad, ideología política, raza o sexo, merecen ser respetados, de acuerdo con los derechos humanos internacionales.

“Rayados” por el mundo

Herrera huyó de Venezuela por la inseguridad, pero al llegar a Perú se dio cuenta de que también hay gente de “malas acciones” que, “peor aún”, es de su mismo gentilicio. “Todo este revuelo viene por los actos delictivos que cometen nuestros paisanos. Ahora la migración venezolana es vista de mala manera”.

Y es que desde Venezuela partió no sólo gente con valores y cultura de trabajo, sino también quienes hicieron de la criminalidad su modus vivendi. Y esto no es rumor difundido por Whatsapp.

Medios de comunicación peruanos y venezolanos reportaron que el 5 de junio, la Corte Superior de Justicia de Lima Norte condenó a cinco integrantes de la banda criminal “el tren de Aragua”, a penas que van de 6 a 12 años de cárcel, por una serie de delitos como tenencia ilegal de armas y microcomercialización de drogas.

Estos delincuentes fueron detenidos en agosto del 2018 en el centro comercial Plaza Norte, cuando planeaban asaltar una agencia bancaria. De acuerdo con la Fiscalía, habrían cometido ilícitos contra la seguridad pública en la modalidad de tenencia ilegal de armas y municiones, de materiales peligrosos (granada), microcomercialización de drogas y el delito contra la tranquilidad pública en la modalidad de banda criminal.

Los venezolanos fueron detenidos el 3 de agosto del 2018. Al momento del arresto, tenían un maletín con gran cantidad de armas e incluso granadas de guerra. Los delincuentes desataron el terror en el interior del centro comercial Plaza Norte y un amplio despliegue policial fue activado en Lima.

El “tren de Aragua” es una banda criminal con mucho poder en varios estados de Venezuela y que, según reportes periodísticos, ha llegado hasta Perú, Brasil y Colombia.

A todo este caldo se le suma la crisis política que explotó en Perú, y que ha convertido el tema venezolano en parte de los discursos de los lados en pugna.

Lima / Carlos Alberto Morales

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