Toda una vida llevan los habitantes de la calle San Miguel, en las adyacencias del cementerio general de Carúpano, sin ver una gota de agua por tubería.
A esta deficiencia, que causa no pocos sinsabores a los habitantes del sector, situado a pocas cuadras del centro de Carúpano, en el estado Sucre, se suman la falta de alumbrado, el deficiente sistema de recolección de desechos y la pared del cementerio que se encuentra a punto de caerse.
Jennifer Marín, líder territorial del sector, explicó que son problemas con los que vienen lidiando y a los cuales tratan de buscarles soluciones.
Marín reconoció que la falta de agua encabeza la lista de problemas, junto con la ausencia de alumbrado, para las 213 familias que habitan en la zona, que suman 487 personas.
El sector existe desde los años 60, cuando comenzaron a construir casas en los alrededores de los terrenos que quedaban cerca del cementerio.
“Antes esto era puro monte, había un ranchito, que perteneció a mi bisabuela, por allá en los años 60”, dijo Marín.
La líder comunal aseguró que avanzaron en la solución del problema que tenían con las aguas servidas, el cual no se ha solucionado del todo, pero que está en vías de lograrlo.
Una pared del cementerio está a punto de caerse / Foto: Otto Irazábal
Agregó que la falta de agua lleva unos 14 años y no ven una opción a la reactivación del suministro de El Carupanero hacia el centro, porque no llega hasta el sector. “Es una probabilidad muy lejana”.
Aspiran a que puedan pegarse del pozo de calle Calvario, medida que consideran es la más probable para que les pueda llegar el agua por tubería.
Otra vecina, Maigualida de Zapata, ratificó que el servicio de agua es inexistente. En su caso, dijo, les pasan una manguera los jueves, desde la calle adyacente y así pueden abastecerse para la semana. “La falta de agua tiene añacatales. Nosotros sobrevivimos porque desde la otra calle nos regalan el agua”.
La situación es más crítica para las tres familias que viven en la casa de Petra Payares, quien ratificó que la falta de agua, la deficiencia en el alumbrado y la pared a punto de caerse, los afecta en el día a día. “El agua llega hasta la esquina y de allí no avanza para acá”.
Para surtirse de líquido, la vecina dijo que bajan a la escuela República de Haití, aprovechan la lluvia y tienen comprar botellones para el consumo humano.
Bermúdez / Yumelys Díaz