Caminar por las calles del sector 5 de Julio en la parroquia Santa Catalina del municipio Bermúdez, en el estado Sucre, es como entrar a una comunidad fantasma. Casas vacías algunas, y la desesperanza pintada en la cara de muchos vecinos, que en algunos casos se niegan a expresar cuáles son sus necesidades más sentidas.
La comunidad, con poco más de 35 años de fundada e integrada por unas 225 familias, queda a los pies del cerro El Zamuro, donde se encuentran ubicados los estanques morochos, que forman parte del sistema El Carupanero, que paradójicamente surte de agua a esa jurisdicción sucrense.
Y es paradójico porque la comunidad padece una sequía persistente que obliga a los vecinos a bajar hasta la entrada de la troncal 10 para cargar agua o comprar a los camiones cisterna privados que circulan por la zona.
“Lo más necesario es el agua. No tenemos, y para encontrarla tenemos que ir a otro sitio que no es donde tendríamos que tenerla”, dijo Dámaso Carrión, vecino del barrio, quien se quejó de que la reciente rehabilitación de los estanques, por parte de la Hidrológica del Caribe (Hidrocaribe), no los benefició en nada, pese a que la comunidad queda en la parte baja de la tubería que va al centro y sur de Carúpano.
“Será cuando a ellos les salga de la conciencia que lo arreglen o lo pongan a funcionar”, dijo el vecino, quien aprovechó para pedir asfaltado para las polvorientas calles de la comunidad.
A las voces por la falta de agua se unió la de Mirian Urbina, quien lleva 10 años en la zona. La vecina detalló que el saneamiento es nulo, no hay cloacas, no reciben líquido por tubería y la comunidad casi no goza de beneficios.
Beatriz Pérez, habitante de calle Bolívar, ratificó que el problema más grave es el del agua, que tienen que comprar, si es que no quieren cargar envases por toda la troncal 10.
Señaló que en la comunidad llevan unos ocho años que no reciben abastecimiento por tubería. “Ese es el clamor de la gente”.
Agregó que para recibir el agua de los dos gigantesco tanques hay que acondicionar las tuberías para que se reactive el servicio por esa vía.
La también vecina Marina Rojas detalló que viven a diario con el problema del agua, la falta de cloacas y el polvero que genera la ausencia total de pavimento en la vía. “Es una necesidad tremenda que tenemos aquí en la comunidad. Tenemos que buscar el agua lejos, en las tuberías de allá abajo. A veces no llega al punto”.
Recalcó que se trata de un problema que aspiran a que sea solucionado por las autoridades, porque es mucho el padecimiento que les causa.
Mientras, los vecinos esperan que en algún momento, una vez se reactiven los tanques morochos, algo del agua que baje de los esos depósitos se quede en el camino hacia el centro y puedan recibir el beneficio de una obra que no le da agua a nadie.
Bermúdez / Yumelys Díaz