Parece que en la Unidad de Diálisis que funciona en el hospital “Santos Aníbal Dominicci” de Carúpano y que está adscrita al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, las condiciones mejoran unos meses y luego vuelven a retroceder y afloran problemas que, lamentablemente, inciden en la salud de quienes por desgracia dependen de una máquina de limpieza de la sangre para poder vivir.
Y es lo que está pasando nuevamente, cuando los enfermos renales de la zona de Paria vuelven a ver una desmejora sensible en sus condiciones de salud, debido al deterioro de las máquinas de diálisis y las malas condiciones de las instalaciones.
De hecho, los propios enfermos relataron a este medio que hoy día solo cuentan con dos máquinas para una población que ronda los 24 pacientes.
Juan Bellorín, paciente oriundo de Casanay en el municipio Andrés Eloy Blanco, explicó que los problemas abundan y van desde los malos olores debido a los desbordes de aguas servidas en el sector hasta el daño de las máquinas. Muchos enfermos han terminado hospitalizados porque no cumplen con los ciclos de diálisis completos.
“Las máquinas nos meten el cloro para la barriga, nos meten el agua sucia, sin filtrar nada. En el grupo mío nos pegamos 12, cuatro desde las 6:00 de la mañana, cuatro desde las 10:00 ama hasta las 2:00 pm y cuatro desde las 2:00 hasta las 6:00 pm”.
Con una sola máquina esto no ocurre y la mitad debe quedar por fuera por falta de tiempo. “Queremos máquinas nuevas porque las que hay no sirven, ninguna. Cuando hay una medio buena, debe trabajar por todas para ver si sacan seis pacientes en el día y entonces se daña más”.
También pidió que los reubiquen en un espacio acorde, porque en el SAD pasan las de san Quintín, se les sube la tensión con las situaciones que observan y el ajetreo que se vive tan cerca de la emergencia y la morgue.
En trámites en Caracas para un trasplante que lo salve de estar pegado de una máquina, Carlos Miranda de Carúpano, dijo que el problema de la falta de máquinas es lo peor que viven los pacientes renales de Paria.
Explicó que la vez pasada, con la presión que hicieron trajeron tres dializadoras, de las cuales funcionaban dos y ahí quedó la mejora.
Las otras máquinas, las viejas y a media vida, que eran las que solucionaban, se pararon hace una semana. La situación, dijo, trajo descompensación en muchos pacientes, algunos terminaron hospitalizados y el problema es fuerte.
En su caso, para lograr su trasplante debe tener una buena diálisis y eso no va a ocurrir con las máquinas en ese estado. “Están dando solo dos horas por turno y si vuelvo a Carúpano a mi cupo, deberán reducir las horas de diálisis y será más complicado”.
Paria / Cecilia Lárez
