El Fenway Park dejó a Dodgers de Los Ángeles petrificado por el frío.
Con razón se mostraba ansioso por volver a casa el jueves.
"Creo que todos estamos felices de regresar a Los Ángeles, pero tenemos que ganar estos juegos en casa”, declaró el pítcher Hyun-Jin Ryu tras la derrota el miércoles 4-2 ante Medias Rojas de Boston y que dejó a Dodgers abajo 2-0 en la Serie Mundial del béisbol de Grandes Ligas. “Creo que podremos enfocarnos mejor y tratar de revertir este déficit”.
Ningún equipo ha remontado de una desventaja de 2-0 en el derbi de otoño en los últimos 22 años, pero tal es el desafío que los californianos enfrentan después de venirse abajo ante el Monstruo Verde de 11,3 metros (37 pies) de altura.
“Va a ser más cálido, y esperamos que nuestros bates también se enciendan”, declaró el jardinero Cody Bellinger.
Acostumbrados a la agradable brisa en casa y el clima generalmente amable de la División Oeste de la Liga Nacional, Los Ángeles no habían iniciado un partido este año en una temperatura por debajo de los 58 grados Fahrenheit (14,4 Celsius).
Ante una temperatura de 53 grados Fahrenheit (11,7 Celsius) al arranque del primer duelo de la Serie Mundial, Dodgers perdió 8-4. El termómetro marcó los 46 grados Fahrenheit (7,8 Celsius) en el primer inning del segundo juego y la ofensiva de Dodgers lució fría nuevamente, sus últimos 16 bateadores fueron retirados en orden.
Situación atípica
“Esta es la primera vez que jugamos en un clima así, en San Francisco un poco, pero nada como esto”, sostuvo el mánager de Dodgers, Dave Roberts, antes del partido. “Así que es un ajuste, y eso es parte de tener la ventaja de jugar en casa y especialmente al estar en el bullpen, donde uno tiene un pequeño calefactor, pero aun así uno debe calentarse y mantenerse cálido. Es muy difícil”.
El coach de lanzadores de Los Ángeles, Rick Honeycutt, se mostró molesto con las condiciones con que tuvieron que lidiar sus relevistas en un bullpen justo frente a las tribunas del jardín derecho.
“Fue brutal. Muy brutal”, explicó a Sports Illustrated. “Lo que no entiendo es por qué la liga lo permite. Uno debe prepararse ahí, con la gente literalmente parada encima de uno”.
La frenética afición en Fenway sin duda favoreció a los patirrojos, que tuvieron la mejor marca de Grandes Ligas como locales en la temporada con foja de 57-24 y de 8-1 en Series Mundiales desde 2004.
“Ellos (los aficionados) viven el béisbol las 24 horas, los siete días a la semana”, indicó el mánager de Boston, Alex Cora, que jugó con Dodgers de 1998 a 2004 y con Medias Rojas de 2005 a 2008. “Ellos alentaron en cada lanzamiento”.
Posibilidad
Si Los Ángeles se logra recuperar será en Chavez Ravine.
La temperatura en el primer juego de la Serie Mundial del año pasado en el Dodger Stadium fue de 103 grados Fahrenheit (39,4 Celsius). Está pronosticado un clima cercano a los 85 grados Fahrenheit (29,4 Celsius) para el viernes, cuando el novato Walker Buehler sostenga un duelo monticular con Rick Porcello en un intento por encabezar una remontada.
Con un derecho en la lomita por Boston, es probable que la mayoría de los cuatro mejores cañoneros de Dodgers regresen a la alineación titular: los zurdos Max Muncy, Joc Pederson, Bellinger y el cubano Yasmani Grandal iniciaron en la banca en Boston.
“Vamos a hacer algunos ajustes para el tercer partido, pero no es debido necesariamente por desempeño, sino más por quién es el abridor”, aseguró Roberts.
Aunque Dodgers gane al menos dos de tres compromisos para forzar que la Serie Mundial regrese a Boston, tendría que salir airoso, al menos, un encuentro en el peculiar y ruidoso Fenway. Y no hay indicios de que puedan prepararse para eso.
Los Ángeles / Ronald Blum / AP