En una nueva escena para la NFL, Tom Brady decidió colgar el uniforme en rojo, blanco y azul de Patriots de Nueva Inglaterra para vestir los colores peltre y rojo de Buccaneers en Tampa Bay.
El hexacampeón del Super Bowl firmó un contrato por dos años en la agencia libre con los Buccaneers de Tampa Bay, embarcándose a lo que llamó una “nueva travesía en el fútbol”. El acuerdo le garantiza 50 millones de dólares e incluye un bono de contratación de 10 millones y un salario de 15 millones para el 2020.
El quarterback, de 42 años, pasó las primeras 20 temporadas de su carrera con los Pats. El viernes anunció su decisión a través de Instagram y agradeció a los Bucs por brindarle la oportunidad.
“Emocionado , humilde y hambriento… si hay algo que he aprendido en el fútbol americano es que a nadie le importa lo que hiciste el año pasado o el año antepasado”, escribió Brady. “No puedo esperar para reunirme con mis nuevos compañeros y entrenadores y demostrarles que pueden creer y confiar en mí”.
La contratación sucede tres días después que Brady anunciara a través de las redes sociales que no volvería con Nueva Inglaterra, lo que puso fin a su periodo histórico con Patriots durante el cual fue nombrado cuatro veces el Jugador Más Valioso (JMV) del Super Bowl.
Incorporación
Ahora se incorpora a una ofensiva que lideró la NFL en yardas por aire la temporada pasada, conformada por un par de wide receivers de más de 1.000 yardas cada uno Mike Evans y Chris Godwin, los tight ends O.J. Howard y Cameron Brate, y un joven running back en desarrollo, Ronald Jones.
Lo que Tampa Bay no tuvo en 2019, cuando terminó con marca de 7-9 y no avanzó a los playoffs por 12da temporada consecutiva, fue un mariscal de campo que supiera proteger el balón.
Brady, que en agosto cumple 43 años, se asegurará de cambiar eso. Su porcentaje de 1,79 intercepciones es el segundo mejor, solo detrás del de Aaron Rodgers, entre los quarterbacks con al menos 2.500 intentos de pase en su carrera.
“Tom es el quarterback más exitoso en la historia de nuestra liga, pero lo que lo hace especial es su habilidad por mejorar a quienes lo rodean”, aseveró el coach de Buccaneers, Bruce Arians.
“He tenido el privilegio de trabajar con algunos de los mejores quarterbacks de la liga, y las características que todos ellos tenían era la habilidad de liderar y sacar lo mejor de sus compañeros. Lo mismo sucede con Tom”, agregó Arians. “Es un ganador probado que brindará el liderazgo, la responsabilidad y el trabajo ético necesario para guiarnos a nuestra meta de conquistar otro campeonato”.
Arians, que dirige por segundo año a Tampa Bay, ha trabajado con Peyton Manning, Ben Roethlisberger, Andrew Luck y Carson Palmer durante una larga carrera en la NFL como entrenador.
Buccaneers no ha avanzado a los playoffs desde 2007 y no han ganado un partido de postemporada desde 2002, cuando se llevaron el Super Bowl.
Familiaridad
El gerente general de Buccaneers, Jason Licht, trabajó con Patriots cuando Nueva Inglaterra eligió a Brady en la sexta ronda en la 199na selección general del draft de 2000.
Brady jugó nueve Super Bowls y 13 duelos por el campeonato de la Conferencia Americana con Patriots.
Tres veces elegido el JMV de la NFL, Brady llega a Buccaneers después de la que muchos consideran la peor temporada sin lesiones de su carrera, lanzando para 4.057 yardas y 24 touchdowns y otorgando ocho intercepciones en su última campaña con Patriots.
Aun así, Nueva Inglaterra ganó 12 partidos antes que su ofensiva se viniera abajo al ser contenida en 13 puntos en una derrota en la primera ronda de los playoffs ante Titans de Tennessee.
El líder saliente
Jameis Winston, mientras tanto, fue una errática máquina de balones sueltos con Tampa Bay, y si bien lideró la liga con 5.109 yardas por aire, también se convirtió en el primer jugador “30-30” en la historia de la NFL, con 33 pases de anotación y 30 intercepciones.
Los rivales de Buccaneers anotaron siete touchdowns en jugadas de intercepción el año pasado, un récord de la liga. Winston también cometió cinco balones sueltos, y los oponentes convirtieron sus 35 pérdidas totales en 112 puntos.
“No es una cuestión de talento, sino de desempeño… entregar el balón”, explicó Arians al final de la temporada, resumiendo la razón por la que los Buccaneers, que impusieron una marca de la franquicia al anotar 458 puntos en 2019, no pudieron cortar su larga racha sin playoffs.
Tampa / Freed Goodall /AP