El suelo y las paredes crujen, la inclinación se vuelve natural y la humedad es la regla. Así son las casas frágiles que habitan cientos de ciudadanos en barrios de Venezuela que fueron declaradas en riesgo, pero nunca desalojadas, y ahora se hunden ante el abandono del Gobierno, aseguran sus habitantes a la agencia de noticias EFE.