Figuras de la farándula, familias, empresarios acaudalados, busca vidas y hasta un par de balseros deportados han cruzado las fronteras húmedas que separan Argentina de Uruguay. Están azuzados por el coronavirus, el prolongado encierro decretado por las autoridades, las medidas económicas restrictivas y el ensanche de lo que llaman “la grieta”, una distancia insalvable entre partidarios del gobierno y la oposición.