Con el objetivo de buscar las formas de ayudar económicamente a su mamá, se abrió una cuenta de Twitter, y allí, compartió los dibujos que realiza. Dijo que colocaba en venta sus diseños, porque quiere conseguir dinero, y así, comprarle una casa a su mamá, montarle una bodega y comprarse las mantequillas de maní que tanto le gustan.
Rápidamente Samuel se hizo viral en las redes sociales. Cientos de venezolanos admiraron y aplaudieron la iniciativa del pequeño de 14 años de edad, quien dejó en evidencia que no hay límites para soñar, tan solo hay que intentarlo.
Precisamente por haberlo intentado, sus diseños llegaron a muchos rincones del país y del extranjero. El equipo de Elimpulso.com realizó una visita a su hogar, y pudo corroborar la pureza e inocencia del adolescente, quien no expresó muchas palabras, pero sí transmitió muchos sentimientos.
Lágrimas en los ojos, sonrisas espontáneas y manos inquietas; así reflejaba Samuel sus nervios, ilusión y alegría por todo lo que le está aconteciendo. Dice que se siente muy contento por los mensajes de apoyo que recibe mediante las redes sociales, y porque gracias a ello, se le están abriendo algunas puertas que lo ayudarán a potenciar su talento al momento de dibujar.
¿Sus dibujos? La mayoría referentes a la serie animada Dragon Ball, ya que manifestó que es su ánime favorito, y que su personaje predilecto es el reconocido Gokú.
Su mamá, Magdalena Rodríguez, contó que apenas se enteró que su hijo se había creado una cuenta de Twitter y que sus diseños se habían viralizado en las redes, se sintió muy emocionada, feliz y orgullosa de su hijo. Comentó que está al tanto de todos los mensajes que les mandan y que está canalizando todas las oportunidades que le están llegando a su hijo.
La señora Rodríguez dijo que Samuel es “la mayor bendición que Dios le ha dado“, y por su parte, Samuel dijo que ama con todo su ser a su madre. Y sí, no hizo falta que lo expresara para que quedara en evidencia, ya que el hecho de haber tomado la iniciativa para vender sus dibujos, y emprender esta aventura, es reflejo del inmenso amor que siente por su madre.
Samuel tiene 14 años de edad, es autista del síndrome Asperger, y por ende no es un niño que acostumbre a hablar mucho, pero sí tiene las capacidades de captar y aprender; pero sobre todo, lo que caracteriza a Samuel, es que es un adolescente sumamente alegre y soñador.
Caracas / El Impulso
