Mantener una buena imagen es una costumbre entre los hombres venezolanos. Los orientales no son la excepción y procuran cuidar su vestimenta y, sobre todo, su cabello.
Por ello, cortes, tratamientos y tintes son algunas de las opciones ofrecidas para los caballeros y aunque la hiperinflación ha disminuido las visitas de estos a los salones, muchos aún acuden con regularidad al barbero.
“Me gusta verme bien y siempre vengo a que me delineen la barba”, indicó Sebastián Serrano, trabajador. Expresó que hace lo posible por darse “el gustico” de que le hagan cortes actuales para sentirse cómodo.
José Romero tiene 25 años como estilista y considera que la afluencia de clientes ha disminuido porque “lo que estamos viviendo no es fácil”. Indicó que en su peluquería, ubicada en el Centro Comercial (CC) Regina, los cortes cuestan entre dos y cuatro millones de bolívares.
Al menos cinco hombres visitan la peluquería por día. En todos los locales consultados por El Tiempo refirieron que los clientes masculinos son los que frecuentan más los salones de belleza.
Romero comentó que la acostumbrada propina, ya no es recibida en efectivo sino que al momento de cancelar por el punto de venta las personas agregan un porcentaje al monto total.
Jhonny Rivas, estilista, considera que los caballeros asisten más a las peluquerías debido a que los precios de los servicios que reciben son más asequibles que el de las damas.
“Los hombres no se van a cortar el cabello ellos mismos, generalmente, pero una mujer sí puede durar tiempo sin cortarlo o secarlo”, argumentó. Añadió que las féminas son más versátiles y saben hacerse en casa varios tratamientos de belleza.
Precios distintos
Delinear y rebajar la barba se cobra por separado en todas las peluquerías visitadas.
“Los clientes te piden hasta que les depiles las cejas, todo depende del gusto. Además el lavado del cabello es adicional al precio”, sostuvo Rivas.
En el local donde labora, el corte, limpieza, más impuestos, tienen un precio, mínimo, de dos millones 800 mil bolívares.
Ser barbero actualmente todavía es un oficio lucrativo, aseguró Jackson Herrera, quien tiene cuatro años mejorando sus capacidades con la máquina de afeitar.
Puerto La Cruz / Yerucxa Guzmán
