El exembajador de Estados Unidos ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Bill Richardson, viajará a Venezuela para instar al presidente Nicolás Maduro a liberar a varios estadounidenses encarcelados como gesto de buena voluntad para suavizar las tensiones con el país norteamericano.
El Richardson Center, que ha negociado la liberación de unos 40 estadounidenses retenidos por gobiernos hostiles y organizaciones criminales, anunció el lunes en las redes sociales la reunión prevista con Maduro.
Richardson no aclaró en nombre de quién viajaba a Caracas ni cuándo se reuniría con Maduro, que fue acusado hace poco en Estados Unidos de delitos relacionados con el narcotráfico.
Entre los ciudadanos estadounidenses encarcelados en Venezuela hay dos exboinas verdes, Luke Denman y Airan Berry, detenidos en mayo cuando participaban en un intento frustrado de derrocar a Maduro organizado desde la vecina Colombia.
También están retenidos seis directivos de la petrolera con sede en Houston Citgo, cinco de ellos con doble nacionalidad estadounidense y venezolana y otro con residencia permanente en Estados Unidos.
Los ejecutivos fueron llamados a Caracas para una reunión a finales de 2017 en las oficinas de Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (Pdvsa), matriz de la compañía estadonunidense. Agentes de seguridad enmascarados invadieron la sala de reuniones donde se encontraban y los detuvieron.
Misión privada
Aunque la visita de Richardson es una misión privada, la coordinó con el Departamento de Estado de Estados Unidos y ha mantenido a las autoridades estadounidenses al tanto de sus planes, según una persona familiarizada con el viaje que habló a condición de no ser identificada para comentar los detalles de planificación.
Ese episodio de diplomacia cara a cara marca un gran contraste con la política estadounidense de “máxima presión” sobre un líder al que Washington considera un dictador y un narcotraficante. El gobierno de Trump cerró la embajada estadounidense en Caracas en marzo de 2019, tras reconocer a Juan Guaidó, líder de la Asamblea Nacional (AN) controlada por la oposición, como gobernante legítimo de país.
Sin embargo, últimamente Trump parece haber perdido confianza en la capacidad de Guaidó para derrocar a Maduro, que ha mostrado una sorprende resiliencia ante duras sanciones estadounidenses, que han acelerado el colapso económico del país miembro de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo).
“Parece estar perdiendo algo de poder”, señaló Trump sobre Guaidó el viernes, en una entrevista con Telemundo. “Queremos a alguien que tenga el apoyo del pueblo. Yo apoyo a la persona que tenga el apoyo del pueblo”.
Cargo
Richardson, que fue embajador de Estados Unidos ante Naciones Unidas durante la presidencia de Bill Clinton y también fue gobernador de Nuevo México, ha abierto canales diplomáticos extraoficiales con varios gobiernos hostiles hacia Estados Unidos, como Irán, Cuba y Corea del Norte, para conseguir la liberación de unos 40 estadounidenses.
Entre ellos están el veterano de la Marina estadounidense Michael White, liberado el mes pasado por Irán tras dos años encarcelado, en el marco de un acuerdo que evitó al médico estadounidense-iraní pasar más tiempo en prisión en Estados Unidos.
La relación de Richardson con Maduro se remonta a la época en la que el líder venezolano viajaba a Naciones Unidas como ministro de Relaciones Exteriores de Hugo Chávez. Los dos volvieron a coincidir en 2018, en la investidura del presidente de México Andrés Manuel López Obrador.
Richardson también hizo gestiones a favor de otro estadounidense retenido en Caracas, el exmisionero mormón Joshua Holt, liberado en 2018.
Venezuela publicó el mes pasado un video en el que aparecían los seis directivos de la petrolera estadounidense con relativo buen aspecto, después de que sus allegados expresaran temor por la salud de los reos durante la pandemia del coronavirus.
“Dentro de las limitaciones que tenemos, nuestras condiciones aquí han sido buenas, ha sido un trato de respeto de los derechos humanos”, señaló uno de los hombres, el expresidente de Citgo José Pereira, entre imágenes de los hombres vestidos con ropa carcelaria naranja, jugando al tenis de mesa y levantando pesas.
Sin detalles
Se sabe menos sobre el estado de los exmiembros de las fuerzas especiales. Los dos aparecieron en videos poco después de su captura y dijeron haber sido contratados por una empresa con sede en Florida dirigida por un excolega de las fuerzas especiales, Jordan Goudreau, para entrenar a un ejército de venezolanos voluntarios para realizar un asalto.
El gobierno de Trump ha dicho que Estados Unidos no participó en el ataque, realizado un pequeño grupo de hombres con pocas armas y que fueron controlados con facilidad cuando llegaron a la costa venezolana en unos pocos botes.
Miami / Joshua Goodman / AP