La NASCAR se prepara para ser una de las primeras organizaciones deportivas relevantes en Estados Unidos que reanuden su campaña suspendida por el coronavirus.
Esta medida sería positiva no sólo para los seguidores del automovilismo. En realidad, los ojos de todas las ligas estadounidenses estarán atentos a lo que salga bien o mal en esta reanudación.
Pese a que no habrá espectadores, más de 700 personas estarían presentes en el autódromo de Darlington, Carolina del Sur, el 17 de mayo, cuando los autos vuelvan a competir en una carrera transmitida a nivel nacional.
Podría ser un momento de lustre para la NASCAR. Pero cualquier error representaría un revés no sólo para esta serie de automovilismo, sino para otras organizaciones deportivas, ansiosas por retomar la actividad y poner en funcionamiento la máquina generadora de ingresos que ha estado atorada durante el último mes.
“Nos damos cuenta desde ahora que ésta es una gran responsabilidad para nosotros como deporte”, dijo Steve O'Donnell, vicepresidente ejecutivo de la NASCAR. “Ciertamente vamos a aprender sobre la marcha, pero creo que el proceso que hemos implementado dará a la industria la confianza de que podemos ser primeros”.
La NASCAR se ha coordinado con profesionales de la salud en un plan para cumplir los parámetros federales, y lo presentó a funcionarios de salud pública en las Carolinas.
Las nóminas de las escuderías se limitarían a 16 participantes, incluido el piloto, su interlocutor principal mediante la radio y el dueño del equipo.
“La forma en que viajamos al evento, en que ingresamos al evento y en que nos desplazamos durante éste, antes de marcharnos, todo va a ser diferente”, dijo John Bobo, vicepresidente de operaciones deportivas de la NASCAR. “Vamos a tener pasillos de un solo sentido para la gente... Si alguna persona no cumple con las reglas de guardar su distancia o usar mascarilla, será expulsada de las instalaciones”.
Será algo raro para un deporte que se popularizó en parte al permitir que los fanáticos observaran el trabajo de las escuderías, pasaran junto a un piloto, se arremolinaran en busca de autógrafos e incluso se colocaran detrás de un foso de mecánicos, mientras un bólido circulaba por la pista.
Carolina del Norte / AP