En una Venezuela marcada por la hiperinflación, donde el salario integral es de apenas Bs 10 millones (alrededor de 2,5 dólares), resulta bastante complicado adquirir un celular de cualquier marca.
Y ni hablar de los teléfonos inteligentes, los cuales son ofrecidos a precios muy por encima del poder adquisitivo de la mayoría de los habitantes del país. Basta con visitar algún negocio donde expendan Smartphone para comprobar esta situación.
En comercios ubicados en la zona norte del estado Anzoátegui, un celular de baja gama cuesta, mínimo, 55 dólares o Bs 220 millones si se fija el valor de la divisa en Bs 4.000.000, el cual es un monto promedio entre la tasa publicada por el Banco Central de Venezuela (Bs 4.041.830) y la reportada por páginas web no oficiales (Bs 3.963.386) el pasado 20 de septiembre.
Esto quiere decir que quienes devengan el salario mínimo establecido por el gobierno de Nicolás Maduro deben reunir lo que se ganen durante unos 660 días de trabajo -sin gastar ni un bolívar en alimentos medicinas u otras cosas- para poder comprar un teléfono inteligente de los más económicos.
En caso de que las personas que dependen del salario base y deseen adquirir un equipo de gama media (los modelos oscilan entre $110 y $200) tendrían que destinar entre 44 y 64 meses de trabajo, los cuales se traducen en un promedio de 1.320 y 1.920 días de sueldo.
"Ya yo tengo como cuatro años con el mismo teléfono. La otra vez vi en una tienda que ya sacaron como siete series más de mi modelo de celular. El mío ya ni lo ofrecen, por eso no puedo venderlo para comprarme otro. En tal caso tendría que rematarlo y, de igual forma, reunir dinero para poder cambiar de teléfono", contó Hermary Vallenilla, quien reside en el centro de Puerto La Cruz.
Si los teléfonos de baja y media gama son difíciles de adquirir, entonces es imposible cuando se trata de los de alta gama, debido a que son ofrecidos a precios que oscilan entre 300 y 730 dólares, dependiendo de la marca y el modelo.
El costo mínimo supondría unos 3 mil 600 días de trabajo, lo cual se traduce en casi 10 años de sueldo. ¡Una verdadera locura!
Estos altos costos han desanimado a más de un anzoatiguense, que a medida que pasa el tiempo y aumenta la inflación en el país ve más reducida sus posibilidades de hacerse de un teléfono inteligente.
REPORTE DE VENTAS
Vendedores consultados aseguraron que, pese a los altos costos de los teléfonos inteligentes, todavía registran salidas de este tipo de equipos costosos. Afirman que siempre hay "una que otra venta". Víctor Rodríguez, encargado de una tienda ubicada en Puerto La Cruz, dijo que aunque ya no tiene una "avalancha de clientes" como en años anteriores, cada mes vende algunos smartphone. "Siempre los venezolanos buscan la forma de comprarse sus cosas", acotó.
"Yo asumí desde hace tiempo que con mi sueldo nunca compraría un teléfono y eso que yo gano el doble del sueldo mínimo. Lo que he estado haciendo es rebuscarme con la elaboración de tortas y topper (adornos para postres) y con eso no sólo me he ayudado para la compra de comida, sino que además me ha ido muy bien y he podido empezar a reunir para comprarme un teléfono inteligente nuevo. Además, hay un familiar que está fuera del país que me pondrá una parte del dinero que necesito. Yo creo que solo así uno se puede comprar su celular nuevo", dijo la ingeniera Sofía Mendoza.
Cabe mencionar que con lo que una persona pudiera adquirir un smartphone de alta gama, cubriría la canasta básica alimentaria, la cual se ubicó en julio en Bs 1.126.794.499,47 (312,99 dólares), según reportó el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
Y es allí donde entra un gran dilema: "¿Compro comida o me compro un teléfono inteligente?
Puerto La Cruz / Jesús Bermúdez Pino