En emergencia. Así dicen estar los pequeños licoreros de la zona norte del estado Anzoátegui, que llevan varios años luchando por ver mejoras en sus negocios pero hasta el momento nada que levantan cabeza.
Joselin Salazar, vocera de la Asociación de Licoreros (Asolicor) en el municipio Sotillo, comentó que cada vez se les hace más difícil mantener los establecimientos operativos, pues no hay balance entre la oferta, la demanda y los impuestos.
Para no ir muy lejos, la gremialista indicó que el nivel de ventas en las últimas semanas de diciembre estuvo alrededor de 70% por debajo de lo que fue al cierre de 2023, que de por sí ya había sido malo.
"Los establecimientos legalmente constituidos no tuvieron tanta actividad comercial como los que operan en la clandestinidad. En esto influye que nosotros tenemos permiso de trabajo hasta las 9:00 pm normalmente, y aunque hubo una extensión hasta las 12:00 de la medianoche, el panorama no cambió mucho", aseguró.
Salazar resaltó lo injusto que resulta para ellos el hecho de cumplir con los deberes formales y que sean los que laboran ilegalmente quienes tengan mayores niveles de ganancia. Agregó que eso ha motivado a muchos en la zona norte a bajar las santamarías.
"Ya la mayoría no tiene empleados. En parte eso se debe a que el impuesto del relleno sanitario y de la electricidad son 'altísimos', por lo que nos vemos en la obligación de hacer ajustes para poder cumplir", afirmó.
La vocera de Asolicor también contó que han solicitado revisiones en el tema del impuesto por relleno sanitario tanto a Glen Chaguan, presidente de la Empresa de Gestión Integral de Desechos Sólidos de Anzoátegui (Egidsa); como a Katiuska Homsi, secretaria general de la gobernación, pero hasta el momento no hay respuesta.
De igual manera aprovechó para reiterar el llamado de atención a las autoridades a fin de lograr alguna medida que los ayude a mejorar sus ganancias y mantenerse cumpliendo con sus obligaciones tributarias.
Puerto La Cruz / Javier A. Guaipo