Los efectos del sobrevuelo de la llamada palometa pelusa (Hylesia Metabus), insecto propio de los manglares parianos, se hizo sentir una vez en este ciclo que comenzó en el mes de junio y se extenderá hasta fines de agosto.
El docente Jesús Espinoza, quien maneja una parte de la investigación sobre el lepidoptero en la zona de Paria, solicitó al gobernador Gilberto Pinto y a la ministra de Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez, que pongan en práctica un plan de aspersión con el bacilo turiguiense o BTK, de uso común para controlar a la palometa en los 160 mil hectáreas de manglares, donde está su hábitat natural.
El investigador reseñó que siete municipios y tres estados (Sucre, Monagas y Delta Amacuro) sufren los efectos de la salida de la palometa, con documentados casos de lepidopterismo y afectación a las economías locales.
En el caso de Yaguaraparo, capital del municipio Cajigal, deben apagar las luces nocturnas, tanto del alumbrado público como de viviendas, para evitar atraer al insecto.
"Presidente Maduro si conoce esta noticia, aquí vivimos personas no animales, que nos eche una manito a la población de la zona de Paria, para que se fumigue con drones o avionetas los manglares infectados por la palometa".
En este sentido, señaló que para minimizar el impacto del próximo ciclo, debería fumigarse desde fines de agosto.
Cree que con estas acciones se le garantizaría la paz a la población pariana en los últimos meses del año. "De lo contrario, vamos a comer hallacas de palometa pelusa".
En su carácter de investigador, Espinoza señaló que manejan tres propuestas de combate a la mariposa: el uso del hongo Beauveria bassiana, otra con un insecto, pero la más efectiva sería la del bacilo turiguiense.
Advirtió que cada palometa produce 400 huevos, que si eclosionian inundarán la zona de Paria durante los tres últimos meses del año.
Control
La directora de Saneamiento Ambiental y Control de Endemias, Elia Sánchez, reconoció que es el municipio Cajigal el más afectado con el tema de la Hylesia Metabus.
Agregó que en el presente ciclo el aumento de capturas fue progresivo, por lo que la activación de las estaciones de luz ha sido fundamental para el control.
De hecho, señaló que 75% de las capturas se han ejecutado en las estaciones de atracción. "Esto nos tranquiliza mucho porque si las atrapamos allí no llegan a las comunidades".
Precisó que en la zona hay 75 estaciones de captura y eliminación, a lo cual sumó el apagado del 25% del alumbrado público. "Aún cuando el número se ha incrementado con relación al ciclo pasado. Hemos podido controlar la presencia en las comunidades".
Atribuyó la afectación de la población de Yaguaraparo a la cercanía del manglar y problemas en el proceso de control en los referidos mangles.
Paria / Cecilia Lárez