Durante su estadía en la isla griega de Lesbos, el papa Francisco consoló a los migrantes de un campo de refugiados, mientras se refería a la indiferencia en el continente europeo, donde se "condena a muerte a los marginados".
"¡Por favor, detengamos este naufragio de la civilización!", expresó Francisco en el campamento de Mavrovouni. Tras su llegada al lugar, el pontífice caminó por las barricadas, compartió con los miembros de la comunidad y se tomó algunas fotos.
El gesto de solidaridad levantó esperanzas entre los residentes, muchos de los cuales tuvieron niños mientras esperaban las respuestas de sus solicitudes de asilo. La visita del papa fue interpretada como una oportunidad.
"Es una gracia para nosotros que el Papa venga aquí. Tenemos muchos problemas aquí como refugiados, mucho sufrimiento. La llegada del Papa aquí nos hace sentir bendecidos. Esperamos que nos lleve con él porque aquí sufrimos", aseguró Enice Kiaku.
Lesbos / Redacción web