Los motivos que llevaron a los padres de los niños recluidos en el piso de Oncología del hospital Rafael Tobías Guevara de Barcelona a protestar, el pasado 18 de enero, al parecer no han variado mucho.
A una semana de cerrar parcialmente los canales de la avenida Argimiro Gabaldón como medida de presión para exigir, entre otras cosas, la reactivación de las quimioterapias y dotación de medicamentos e insumos, los familiares aseguraron que el panorama continúa igual, así como las intenciones de volver a la calle.
“Ese mismo día, cuando cerramos, apareció el aire acondicionado del hospital grande (Razetti) para el área de preparación de las quimioterapias que lo tenían en el almacén y los padres llevamos tres semanas reclamando allá y no daban respuesta. Al otro día estaba activo. Pero ahora los padres van a buscar las quimio a la Farmacia de Alto Costo de Las Garzas y no hay, no contamos con quimio”, expresó Gabriel Rondón.
Según Yaquelin Rodríguez, los fármacos para destruir las células cancerosas que hay se encuentran vencidos y en algunas ocasiones son colocados así.
“La ampolla asparaginasa que se coloca en la nalga cuesta $150, la vez pasada aquí no había y tuvieron que colocarlas vencidas porque no se encontraba en ninguna parte. Gracias a Dios no le dio reacción a mi hijo, pero hay niños que sí”.
Los insumos para hidratar en cada proceso son otro de los gastos que los padres aseguraron deben enfrentar, porque en el recinto hospitalario, supuestamente, no cuentan con dotación.
“A mí lo único que me falta es vender el perro de mi casa, porque he vendido todo para poder paliar la situación y sin embargo, no es suficiente. Tengo que sacar no sé de dónde para una caja de hidratación para el próximo ciclo”, resaltó Rodríguez.
Por otro lado, los padres demandan la instalación de aire acondicionado en todo el piso, a fin de mejorar el ambiente a los pacientes de todas las habitaciones.
“En el cuarto 13 hay un niño que tiene un tumor cerebral, el cual ahorita se le infectó y botó tres puntos y está botando los demás. Él se encuentra delicado y necesita un ambiente adecuado”, comentó Luis Imitola, en compañía de Estefani Rodríguez.
Relataron que entre las peticiones se encuentra la de arreglar los baños y la cocina que tienen el desagüe colapsado; así como también la reactivación del laboratorio, debido a que cada semana deben realizar exámenes y hay estudios que cuestan, mínimo, $10.
“Para los pacientes con leucemia, semanalmente, deben hacerle un examen que la primera vez cuesta $280 y después en $200”, manifestó Imitola.
De igual manera, solicitaron que las habitaciones sean intervenidas con algunas mejoras, entre ellas, habilitar más puntos en la parte donde colocan el oxígeno, pues al parecer sólo una está operativo.
“También hay unos niños que necesitan radioterapia y aquí en el Razetti hay una máquina que supuestamente tiene la tarjeta dañada, nosotros protestamos para que la reactiven. Que rehabiliten los equipos de rayos x y ecosonograma. Todos esos estudios son costosos. Un eco, con consulta de cardiólogo y un electrocardiograma sale como en $500”, enfatizó Estefani Rodríguez.
Los padres también solicitaron respuesta en cuanto al apoyo para los estudios que deben practicarles a los niños, como por ejemplo, resonancias magnéticas, pues en las clínicas privadas los montos de esos exámenes oscilan entre $500 y $1.000, dependiendo del contraste.
“Los niños necesitan las resonancias para continuar o no con las quimio. Mi hija lleva un mes de retraso esperando por la respuesta de la alcaldía, dónde se ingresaron los papeles el 12 de diciembre y lo primero que dicen es que hay prioridades adelante. Si no tienes el estudio se atrasa el paciente y puede pasar como con otros, que se mueren porque el cáncer no espera”, mencionó Gabriel Rondón.
Los familiares aseguraron que tras la pasada protesta, la directiva fue cambiada y actualmente esperan conversar con los nuevos responsables para ver si les brindan soluciones, de lo contrario, regresarían a la calle.
Barcelona / Elisa Gómez
