El mundo presenció con sorpresa lo ocurrido el pasado 6 de enero de 2021, cuando una masa de seguidores del presidente Donald Trump tomó por asalto al Capitolio en Washington, el mismo día en que se esperaba la certificación de Joe Biden como nuevo mandatario electo de Estados Unidos. La tensa situación, que se mantuvo por horas, dejó cinco muertos y marcó un precedente para la nación del norte.
En Venezuela el Ejecutivo no tardó en reaccionar y a través de un comunicado divulgado por la Cancillería manifestó su “preocupación por los hechos de violencia” registrados en EE.UU.” y condenó la “polarización política”. “Con este lamentable episodio, Estados Unidos padece lo mismo que ha generado en otros países con sus políticas de agresión”, agregó el texto.
“¿Quién lo iba a decir, del país desde donde surgen los golpes de Estado e invasiones? (…) Estados Unidos padece una grave crisis política y social que deriva en la violencia, la que han pretendido instaurar en nuestro país”, dijo Nicolás Maduro en una alocución.
No obstante, para los diputados opositores electos en 2015 Simón Calzadilla y Franco Casella, quienes hace tres años y medio enfrentaron un ataque violento a la Asamblea Nacional (AN) por parte del chavismo, la actitud de “preocupación” y condena proveniente del Gobierno “están fuera de lugar”.
“Cuando se lee el documento de la Cancillería acerca de la usurpación del Congreso en EE.UU. da la certeza existente de una especie de amnesia institucional en la que viven quienes están usurpando el poder en Venezuela. Se quejan y reclaman las atrocidades contra el Poder Legislativo en los Estados Unidos, situación que yo como parlamentario y ciudadano rechazo, pero que de parte de (canciller Jorge) Arreaza y Maduro vengan este tipo de golpes de pecho es algo fuera de lugar (…) Si algún régimen se ha encargado de hostigar, atacar, perseguir, amedrentar y amenazar al parlamento y a los diputados; violando su inmunidad parlamentaria, ha sido el de Maduro”, señaló Casella, quien actualmente se encuentra en el exilio.
Irrupción a la fuerza
El 5 de julio de 2017, durante la sesión solemne con motivo de la conmemoración de la firma del Acta de la Independencia, grupos afectos al Gobierno irrumpieron a la fuerza en el Palacio Legislativo en Caracas, agrediendo a diputados, periodistas y trabajadores de la AN. Varios parlamentarios resultaron heridos, entre ellos Américo De Grazia (Causa R), quien recibió al menos 10 puntos de sutura en la cabeza, Armando Armas (Voluntad Popular), Nora Bracho (Un Nuevo Tiempo) y José Leonardo Renault.
Mientras la Guardia Nacional permanecía sin actuar, los grupos chavistas ingresaron lanzando cohetones y golpeando a los opositores. Casella y Calzadilla se defendieron del ataque.
Días atrás, el 27 de junio, el presidente Maduro había lanzado una advertencia en medio de un clima de polarización nacional: “Si Venezuela fuera sumida en el caos y la violencia y fuera destruida la Revolución Bolivariana, nosotros iríamos al combate (…) y lo que no se pudo con los votos lo haríamos con las armas”.
Casella recordó que “el hostigamiento de colectivos armados” del 5 de julio se produjo con “armas de fuego, palos, piedras y navajas”. “Ingresaron al Palacio y nos arrinconaron (…) Recuerdo todavía las palabras de los diputado Armando Armas y Américo de Grazia quienes decían que debíamos ir al rescate de nuestras colegas diputadas que se encontraban encerradas en los baños, y lo hicimos”.
Aquella no era la primera vez que se registraba una agresión. Casella relata que el 5 de enero de 2016 fueron recibidos por afectos al oficialismo con “excremento y tomates”.
“Sin duda, la diferencia con Venezuela radicará en que mientras en nuestro país quienes cometieron esos delitos contra el Poder Legislativo quedaron impunes y hasta fueron felicitados, defendidos y promovidos, en la nación norteamericana deben estar deteniendo a quienes violentaron la majestad del Capitolio”, dijo.
Actos bochornosos
Por su parte, Calzadilla, secretario general del Movimiento Por Venezuela (MPV) y diputado elegido para el parlamento 2015, señala que la reacción sobre la agresión al parlamento norteamericano debería ser similar a la ocurrida en la AN venezolana en 2016 y 2017
Recuerda que en esos actos “bochornosos” ocurridos en el país años atrás, los organismos de seguridad, que se encargaban del resguardo del parlamento, dejaron a un lado sus funciones.
Califica como un “caradurismo impresionante” el hecho de que la administración madurista se atreva a fijar posición ante las repudiables acciones ocurridas en Estados Unidos, “cuando acá el régimen ha faltado contra la democracia”.
“Sea un gobierno de derecha o de ultraizquierda el ataque a cualquier parlamento es un acto repudiable, una acción condenable. El régimen busca excusas y desvía el foco de la situación económica, de todos los problemas que afectan a los ciudadanos y que son incapaces de solucionar”, puntualiza.
Caracas / Rafael Arias
