Una brillante bola de cristal descendió en medio de una lluvia de confeti y fuegos artificiales mientras los asistentes recibieron 2018 en una gélida Times Square en la segunda celebración más fría desde que hay registros.
A medianoche, la temperatura en la ciudad era de 10 grados Fahrenheit (-12 grados centígrados) y la celebración estuvo menos concurrida que otros años. Algunas de las cercas metálicas, normalmente abarrotadas de gente, estaban solo a media capacidad. Protegidos del frío con gorros, guantes, máscaras faciales y numerosas capas de ropa, los fiesteros bailaron, se abrazaron y se besaron tras el descenso de la bola.
La neoyorquina Colleen Keenan recibió el nuevo año en Times Square acompañada por su hijo Kevin Keenan y su amiga Devin Wright.
“Es una experiencia hermosa. No hay nada como esto”, dijo mientras caía la bola. “Está claro que Times Square es el lugar en el que quieres estar en Fin de Año. Ahora todo el mundo va a tomar y a calentarse”.
Wright, de Long Beach, en California, dijo estar “embriagadamente enamorada de cada momento de hoy”.
“Estoy helada, pero merece la pena”, agregó. “Cada segundo en este frio horrible merece la pena”.
Mariah Carey completó sin incidentes su actuación en “Dick Clark’s New Year’s Rockin’ Eve”, presentado por Ryan Seacrest, tras el fiasco de un año antes. Vestida con un traje largo que mostraba parte de su cuerpo y un abrigo de piel blanco, interpretó sus éxitos de la década de 1990 “Vision of Love” y “Hero”.
Carey pidió un té caliente entre canciones y bromeó con que era “un desastre” que no hubiese ninguno. Pero en la celebración del año pasado tropezó, lo que le impidió hacer correctamente la sincronización labial mientras una versión pregrabada de sus canciones sonaba de fondo. Entonces se mostró visiblemente molesta sobre el escenario y culpó al equipo de producción del programa, pero ambas partes decidieron dejar atrás el asunto.
El deslumbrante final del espectáculo fue el descenso tradicional de una bola de cristal de Waterford desde un poste en la cima de One Times Square.
Este año, la bola tuvo 3,5 metros (12 pies) de diámetro, pesó 5.385 kilos (11.875 libras) y estuvo recubierta por 2.688 triángulos que cambiaban de color como un caleidoscopio, iluminados por 32.256 luces LED. La primera bola que descendió para conmemorar la llegada del nuevo año, en 1907, estaba hecha de hierro y adornada con 100 bombillas de 25 vatios. La primera celebración en la zona data de 1904, el año que se abrió la primera línea de metro.
Después de dos ataques terroristas y de que el conductor de una camioneta SUV arrolló a una multitud en el mismo lugar donde se llevará a cabo el festejo, la policía no se tomó la seguridad a la ligera.
Las medidas de seguridad fueron más estrictas que nunca. Los garajes del área se vaciaron de autos y fueron sellados. Había detectives asignados en hoteles del área, trabajando con oficiales de seguridad para prevenir ataques de francotiradores.
Miles de agentes uniformados montaron guardia en las calles. Bloques de cemento y camiones de saneamiento sirvieron de obstáculo para que no entren vehículos al área segura donde se reunieron los espectadores. Los festejantes accedieron a la zona por alguno de la decena de retenes donde fueron revisados, una operación que se repitió de nuevo para llegar al evento principal.
Nueva York / AP