El 20 de junio de 2003 Miguel Cabrera debutó en la Major League Baseball (MLB), el mejor circuito de béisbol del mundo que se convirtió en principal vitrina para mostrar su gran talento como bateador.
Desde ese día, se transformó en un símbolo venezolano amparado en su contacto y fuerza, una mezcla poco común en su deporte y que lo llevó a convertirse en un pelotero con, al menos, 3.000 hits y 500 jonrones.
Y es que a lo largo de 20 campañas, este aragüeño de 39 años demostró ser un toletero único en su clase. En ese lapso exhibió un average de .311, luego de sonar 3.000 indiscutibles en 9.665 turnos, consumidos en 2.600 encuentros.
De ese total de “metrallazos”, el término con el que el recordado narrador José Aníbal Manzo nombraba a los indiscutibles, 1.118 fueron extrabases. Eso demuestra que al momento de impactar las pelotas lo hizo con contundencia. Es un slugger en toda la extensión de la palabra y parece destinado a ingresar al Salón de la Fama de Cooperstown, donde sólo está un criollo: Luis Aparicio desde 1984.
De acuerdo con Baseball Reference, Cabrera disparó 599 dobles, 17 triples y 502 jonrones a lo largo de una carrera iniciada en 2003 con Marlins de Florida (ahora de Miami). Allí pasó sus primeras cinco campañas en MLB antes de pasar a Tigres de Detroit en 2008 y convertirse en un ídolo de la fanaticada bengalí que lo observó en los últimos 15 certámenes con el uniforme felino.
En Las Mayores, este maracayero, nacido el 18 de abril de 1983, acumuló 1.807 empujadas y 1.510 anotadas en un circuito norteamericano, en el que también ostentó unos porcentajes de embasado (OBP) de .387, uno de cojines alcanzados (sluuging) de .532 y un OPS (suma de los dos rubros previos) de .919. Además, hizo gala de un OPS ajustado (+) de .144.
Esos números son dignos de un prolífico hiteador, algo que consiguió al poncharse menos de dos millares de ocasiones. Esto último es poco común en los cañoneros de fuerza. Totalizó 1.942 ponchetes en una trayectoria en la que negoció 1.203 bases por bolas.
Los números de Cabrera, quien comenzó su carrera como jardinero y después custodió tanto la inicial como la antesala antes de convertirse en toletero designado, incluyen 39 robos en 60 intentos y 5.138 almohadillas alcanzadas, algo que roza lo inverosímil.
Los guarismos de Cabrera le permitieron convertirse, hasta ahora, en uno de los atletas más laureados de Venezuela en la historia de la MLB, pues hizo de la excelencia su mejor carta de presentación.
Posee siete Bates de Plata, un anillo de Serie Mundial, dos premios Jugador Más Valioso (JMV) de la Liga Americana, un par de galardones Beisbolista del Año de la MLB, una Triple Corona Ofensiva en el joven circuito y cuatro títulos de Bateo en ese mismo sector.
Con semejantes dígitos, se ganó la reputación de "Dios del Bateo" y, de paso, 11 convocatorias al Juego de Estrellas del Big Show, un reflejo de que es un deportista único en su clase.
En una campaña 2022 que, apenas, comienza, Cabrera se enfocará en incrementar sus marcas personales (que también son récords para venezolanos) para de esa manera agigantar su leyenda y encaminarse al Templo de los Inmortales, un lugar para el que parece predestinado tras demostrar ser un virtuoso al ataque en la verdadera Meca del Béisbol.
Valencia / Joseph Ñambre