Un grande del béisbol dijo adiós el domingo en el Comerica Park, donde Tigres de Detroit superó 5-2 a Guardianes de Cleveland en el cierre de la ronda regular.
El último día en la carrera profesional del Miguel Cabrera empezó de la misma manera que los dos anteriores, con varias sorpresas preparadas por Tigres, para honrar la trayectoria del beisbolista venezolano en las Grandes Ligas, donde trabajó por 21 torneos y brilló al máximo.
Ricardo Montes de Oca, periodista de MLB.com, indicó que luego de entonarse las notas del himno de Venezuela – cantado en parte por los cientos de venezolanos presentes en el estadio – cada uno de los 41,135 aficionados que llenaron el Comerica Park levantaron una cartulina que había en sus asientos, para formar un mosaico a lo largo de todas las gradas que leía “Gracias Miggy”, el logo de los Tigres, y las cifras de 3,000 y 500, en referencia a la cantidad de hits y jonrones que empalmó el venezolano a lo largo de sus 21 años de carrera y el número 24 de su uniforme.
Y antes del inicio del encuentro contra Guardianes, el cañonero de los felinos recibió los pitcheos ceremoniales de tres de sus hijos, quienes presentaron a su papá en los parlantes del estadio a la hora de su primer turno al bate.
Cabrera se ponchó tirándole en sus primeras oportunidades, luego falló con un rodado a la intermedia y finalmente negoció boleto.
En el inicio del octavo inning, Cabrera saltó al terreno para cubrir la inicial por primera vez en dos años. Steven Kwan bateó un rodado hacia su dirección. El venezolano recogió la pelota y corrió a pisar la inicial para concretar el out; el último momento de su trayectoria.
El mánager A.J. Hinch salió junto a tres de los hijos de Cabrera para sustituir al nativo, poniéndole punto final a una de las mejores carreras que se haya visto en Las Mayores.
De esa manera, el venezolano se despide con con 3,174 hits (17mo puesto en la historia), 511 cuadrangulares (25to), 627 dobles (13ro) y 1,881 empujadas (13ro) junto una línea ofensiva de .306 de average, .382 de OBP y .518 de slugging, además de un OPS de .900.
El nativo es uno de apenas ocho jugadores en la historia en haber conectado al menos 500 jonrones y 3,000 imparables.
El maracayero termina con dos Premios Jugador Más Valioso (JMV), 12 convocatorias al Juego de Estrellas, siete Bates de Plata, cuatro títulos de bateo. Además, ganó la Triple Corona en el 2012 y alzó el título de Serie Mundial con Marlins de Florida -ahora de Miami- en el 2003.
Detroit / Redacción Web
