Tras cumplirse tres años sin aumento salarial en el país, miembros del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Oriente (Sintraudo), Núcleo de Anzoátegui, decidieron picar una torta como medida de protesta irónica por la falta de ajuste del ingreso mínimo desde 2022.
El hecho se desarrolló en horas de la mañana de este lunes, 17 de marzo, en la oficina de la organización sindical, ubicada en esa casa de estudios.
"Hoy en las oficinas de Sintraudo le estamos picando una torta y cantando cumpleaños a los tres años que tenemos sin aumento. Ya el sueldo vale menos de dos dólares, no tenemos servicio médico, no tenemos servicio funerario, hay deudas desde hace más ocho años, nos deben prestaciones sociales desde 2012, nos siguen implementando el instructivo Onapre (Oficina Nacional de Presupuesto), estamos totalmente desasistidos. Ya basta de burlas, son más de tres años sin aumento salarial, lo que dificulta la situación de los trabajadores. Sólo percibimos bonos, el de guerra y el de alimentación, que suman 130 dólares, pero no resuelve la situación", manifestó el secretario general de Sintraudo, Ignacio Díaz.
El sindicalista lamentó que la canasta básica alimentaria ya esté por el orden de los 500 dólares.
"Esta es una situación que golpea a los trabajadores y además los bonos que recibimos no tienen incidencia ni en vacaciones, bono de fin de año, ni en prestaciones sociales. Indudablemente está muy golpeada la clase trabajadora", resaltó Díaz.
Sólo en el Núcleo de Anzoátegui de la UDO, según cifras suministradas por el sindicato, se ven afectados por la falta de aumento salarial un total de 460 trabajadores, entre activos y jubilados.
Maya Tovar, quien labora en el departamento de Cultura de la universidad, comentó que ante esta difícil situación se ha visto en la necesidad de alquilar algunas habitaciones de su casa para poder generar ingresos y así "vivir el día a día".
"Es que con los dos dólares mensuales que uno gana jamás podría sobrevivir", apuntó.
Otro de los trabajadores del Alma Máter, Alfredo Torres, expresó que gracias a Dios tiene otra profesión (abogado), la cual le ha permitido "mantenerse".
"Para poder sobrevivir he tenido que buscar otras alternativas fuera de la universidad, donde soy delegado de Cultura y Músico Académico. He tenido que hacer documentos como abogado, porque nadie puede vivir con dos dólares de sueldo", dijo.
Puerto La Cruz / Jesús Bermúdez