El pasado sábado 18 de septiembre, el mandatario venezolano Nicolás Maduro llegó a México, a fin de participar en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en el que sería su primer viaje a tierras aztecas desde 2020, cuando Estados Unidos (EE.UU.) ofreció una recompensa de 15 millones de dólares por su captura, tras acusarlo de terrorismo y narcotráfico.
La presencia de Maduro en Ciudad de México, donde fue recibido por el ministro de Asuntos Exteriores de ese país, Marcelo Ebrard, fue sorpresiva e inesperada, dado que la vicepresidenta Delcy Rodríguez ya había arribado horas antes a la capital mexicana para asistir a la actividad.
Sin duda alguna, el jefe de Estado venezolano se aventuró a pisar aquel territorio en un momento que el Departamento de Estado no desaprovechó para reiterar su oferta de 15 millones de dólares por su cabeza, quizás buscando algún evento inesperado que condujera a su detención.
"Maduro ayudó a administrar y, en última instancia, a liderar el Cartel de los Soles, una organización venezolana de narcotráfico compuesta por funcionarios venezolanos de alto rango, mientras ganaba el poder en Venezuela en una conspiración de narcoterrorismo, corrupta y violenta, con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), una organización terrorista extranjera designada”, dijo el organismo norteamericano.
El sucesor del fallecido presidente Hugo Chávez no fue recibido con beneplácito por algunos presidentes que, hasta el sol de hoy, no reconocen la legitimidad de su cargo, como es el caso de Mario Abdo Benítez (Paraguay) y de Luis Lacalle Pou (Uruguay), quienes con palabras directas manifestaron no estar conformes con su administración.
“Mi presencia en esta cumbre, en ningún sentido o circunstancia, representa un reconocimiento al gobierno de Nicolás Maduro. Es de caballeros decirlo de frente”, exclamó Benítez ante el líder chavista durante su intervención en la cumbre de CELAC.Por su parte, Lacalle Pou expresó: “Participar en este foro no significa ser complaciente (...) cuando uno ve que en determinados países no hay una democracia plena, cuando no se respeta la separación de poderes, cuando desde el poder se usa el aparato represor para callar las protestas, cuando se encarcelan opositores, cuando no se les respetan los derechos humanos. Nosotros en esta voz tranquila, pero firme, debemos decir con preocupación que vemos gravemente lo que ocurre en Cuba, en Nicaragua y en Venezuela”.
Análisis del panorama
De acuerdo con expertos citados por el portal Voz de América (VOA), ningún país tiene “fundamento” jurídico o “ánimo” de detener a Maduro fuera de su nación, pese a las acusaciones hechas por EE.UU., hace casi año y medio.
Según lo reseña el medio de comunicación, el especialista en relaciones internacionales y docente universitario Lauren Caballero sostuvo que Maduro no dispone a su nombre de orden alguna de captura internacional ni una condena firme por parte de tribunales locales o extranjeros que demanden su arresto.
“Más allá de que ciertos tribunales de un Estado en particular hayan solicitado la captura de Maduro o haya una recompensa, no hay fundamento desde el punto de vista de la justica internacional para proceder a una acción de este tipo, que implicaría la captura de un presidente en ejercicio en un tercer país”, señaló Caballero en conversación con VOA. Además, consideró que los debates en redes sociales han generado confusión en la población.
No obstante, el docente agregó que “consecuencias muy graves” y violaciones de soberanías y tratados internacionales de parte de EE.UU. o aliados que decidan arrestarle sobre la base de las acusaciones norteamericanas, son las que se podrían derivar en caso de que alguna nación opte por arriesgarse a ejecutar esta medida.
Concretamente en México, cuyo Estado reconoce a Maduro como presidente de Venezuela, éste fue recibido con investidura y respeto a su inmunidad, la cual según Giulio Cellini, abogado, consultor político y docente de derecho público internacional en Venezuela, tendría vigencia aún en Nueva York, donde está la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Mientras tanto, el director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Benigno Alarcón Deza, ve la participación de Maduro en la CELAC como una provocación hacia el gobierno estadounidense. “Es poco una manera de decir: no tengo miedo, aquí estoy”, comentó al deducir que, de alguna u otra manera, el líder socialista tuvo que haberse sentido seguro para viajar fuera de su territorio.
Cabe señalar que otros expertos en el área política creen que el mandatario venezolano busca ganar espacios de legitimidad y reconocimiento a nivel internacional, ya que “no percibe amenazas en su permanencia en el poder”. Sin embargo, esta tesis genera ciertas dudas tras la reacción de Paraguay y Uruguay durante la cumbre, donde se mantuvieron firmes en su posición.
Puerto La Cruz / Redacción Mundo