Sevilla, que solamente venció en 6 partidos ligueros de 74 visitas a casa del Barcelona desde 1935, acude este sábado por primera vez como líder al Camp Nou, decidido a romper la racha de seis derrotas en el estadio barcelonista, conquistar su primer triunfo desde 2002 y confirmar que su actual clasificación es algo más que una simple anécdota.
Se enfrentará, el equipo hispalense,a un Barça que solo ha sumado tres de los últimos doce puntos, que lleva enlazadas cuatro jornadas sin ganar (hecho absolutamente inédito) y alrededor del cual se acumulan más dudas de las previstas cuando allá por el mes de agosto ambos equipos se encontraron en una Supercopa de España que conquistó el Barça, en Tánger, en una remontada cerrada con el soberbio paradón de Ter Stegen en el último suspiro, al penalti lanzado por Ben Yedder.
Desde aquel 12 de agosto el Barça ha vivido en una auténtica montaña rusa, con un sonriente inicio de temporada en que acumuló seis victorias consecutivas para, a partir de ahí, despertar abruptamente y trasladar al marcador las regulares sensaciones de su juego.
Girona, Leganés, Athletic y Valencia frenaron a un campeón que solamente recuperó la calma con su excelente victoria en Londres frente al Tottenham, oasis en plena tempestad, y necesitado no solo de ganar para recuperar el liderato sino, más aún, la confianza a través de la personalidad de su fútbol.
Se espera con atención conocer si Valverde seguirá apostando por Arthur en el centro del campo y el Barça, con la baja de Umtiti, repite el equipo tipo de las últimas semanas, con Lenglet junto a Piqué en el centro de la zaga y Coutinho en ataque acompañando a Messi y Suárez, dando continuidad al sistema de los dos últimos partidos en un momento que se entiende trascendental, en plena cuesta de octubre.
Sevilla, tras iniciar en Mestalla este mes clave, se presenta como prueba vital previa al regreso a la Champions frente al Inter y, por encima de todo, a la espera del Clásico que puede marcar el futuro inmediato en los dos gigantes de la Liga.
Y el equipo de Machín, que con cuatro victorias consecutivas se ha catapultado al liderato de la Liga, acude al Camp Nou con el convencimiento de dar un golpe de efecto que, de tan atípico que sería en el estadio azulgrana, representaría una sorpresa en toda regla.
Barcelona / Redacción web