Unas 5.000 personas han muerto y otras 25.000 han resultado heridas en la serie de devastadores terremotos que han sacudido el sureste de Turquía, cerca de la frontera con Siria, y que han dejado miles de edificios derruidos en los que se sigue buscando a supervivientes en medio de bajas temperaturas.
En Turquía, la cifra de fallecidos se eleva ya a 3.432 y la de heridos a unos 21.000, según informó esta madrugada la agencia nacional de emergencias (Afad), mientras que en Siria se contabilizan al menos 1500 muertos y más de 3.500 heridos.
Unas 25.000 personas, entre los que se cuentan soldados, participan en las labores de rescate, para las que se han destinado 12,1 millones de euros (13,3 millones de dólares) en fondos urgentes para las diez provincias más afectadas.
Además, docenas de países han comenzado ya a enviar a cientos de rescatistas y expertos en búsqueda de supervivientes, aunque las bajas temperaturas y la nieve en la zona, donde también hay territorios montañosos de difícil acceso, complican las tareas de rescate.
Más de 8.000 personas han sido rescatadas en Turquía de entre los escombros de los miles de edificios que se desmoronaron en los dos fuertes temblores, uno de magnitud 7,7 y otro posterior de 7,6, según datos del Gobierno, recogidos por la agencia oficialista Anadolu.
En Hatay, a unos 170 kilómetros al sur de donde se registró el primer seísmo, los equipos de rescate lograron establecer contacto con una familia de cuatro miembros atrapada entre los escombros.
«Los sacaremos con vida. Estamos aquí para eso», se escuchó decir a un miembro de los equipos de recate durante una retransmisión de la emisora CNNTürk.
En Diyarbakir, a unos 350 kilómetros al este de la provincia donde tuvo su epicentro el primer temblor, una mujer fue rescatada tras estar 31 horas atrapada entre los escombros de su vivienda, y trasladada a un hospital entre los aplausos de los equipos de emergencia.
Un hombre de 30 años fue rescatado en la mañana de hoy de un edificio de diez plantas que se derrumbó en la provincia de Osmaniye, a unos 135 kilómetros de donde se registró, a las 4.17 horas (01.17 GMT) del lunes, el epicentro del primer terremoto, de magnitud 7,6.
De ese mismo edificio, que tenía 40 apartamentos, se han recuperado ya doce cuerpos.
Un chico de catorce años fue encontrado con vida en la provincia de Kahramanmaras, donde se produjo el primer temblor.
«Tengo hambre» fue lo primero que dijo a los equipos de rescate, según informan los medios locales.
En Siria, la agencia oficial de noticias SANA, con fuentes del Ministerio de Salud, ha informado esta madrugada que la cifra de muertos en zonas controladas por el Gobierno del presidente Bachar al Asad. ha aumentado a 769, mientras que la de heridos a 1.448.
Las provincias más afectadas son Alepo, Latakia, Hama, las afueras de Idlib y Tartus.
Por otro lado, los Cascos Blancos, un grupo de rescatistas que opera en las áreas de Siria en manos de la oposición, ha señalado en su última actualización que hay 740 fallecidos y 2.100 heridos en la provincia noroccidental de Idlib, el último bastión opositor del país, y en otras partes de la vecina Alepo que también se escapan al control de Damasco.
Estas zonas opositoras son fronterizas con Turquía y se encuentran más cerca del epicentro, por lo que la diferencia en el balance podría deberse a su menor capacidad de coordinar el recuento al no haber única autoridad gubernamental a cargo de las operaciones de rescate.
A lo largo de esta madrugada han llegado a Damasco tres aviones cargados de suministros para los afectados por el seísmo en Siria, los primeros envíos de ayuda internacional recibidos por el Gobierno para hacer frente al desastre.
El representante permanente de Siria en la ONU, Bassam Sabbagh, ha asegurado que el Gobierno sirio está «listo» para coordinar la asistencia a «todo el territorio» del país.
Sin embargo, a las zonas dominadas por la oposición no se espera que llegue esta ayuda.Los Cascos Blancos, han alertado este martes de que «se está agotando el tiempo» para las «cientos» de personas que continúan atrapadas.
Esta organización ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional a través de su cuenta de Twitter, a que proporcionen apoyo material y ayuda».
Según un representante de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU, la primera que actúa en casos de desastre, sólo hay una ventana de siete días para rescatar a las personas que han quedado sepultadas bajo los escombros.
Esta estimación es resultado de innumerables operaciones de rescate en el mundo, aunque siempre puede haber excepciones y que las víctimas soporten un poco más de tiempo, tal y como ha comentado el portavoz de esa entidad, Jens Laerke, al hacer un primer balance del coste humano de la tragedia.
Para rescatar a las víctimas, la ONU ha movilizado sendos equipos de evaluación de desastres, así como de búsqueda y rescate, compuestos por los mejores especialistas del mundo en estas tareas, los que están viajando a Turquía.
«El gran reto ahora mismo es el acceso por tierra (de este personal y sus equipos) ya que muchas carreteras de la región han quedado destruidas por los terremotos», ha señalado Laerke.
Otra dificultad es la falta de vehículos para transportar a los expertos internacionales, ante lo cual las autoridades locales están movilizando camiones desde otras provincias de Turquía.
El primer gran terremoto se registró a la 4.17 horas (01.17 GMT) y tuvo una magnitud de 7,7, según el servicio de emergencias turco Afad, con epicentro en Pazarcik en la provincia turca de Kahramanmaras.
Posteriormente se produjeron hasta 145 temblores más, uno de ellos de magnitud 7,6 a las 10.24 GMT.
"Debido a que continúan las labores de desescombro en muchos edificios de la zona del terremoto, no sabemos a cuánto ascenderá el número de muertos y heridos2, reconoció en sus primeras declaraciones el presidente turco, quien ha decretado siete de luto nacional en todo el país.
El sismo se sintió también con fuerza en el Líbano, incluida Beirut.
Uno de los símbolos de la enorme destrucción ha sido el histórico castillo romano de Gaziantep, que llevaba en pie más de 1.700 años y que ha sido arrasado por el temblor.
También ha sufrido daños la ciudadela histórica de Alepo, en Siria, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
La comunidad internacional se ha volcado con Turquía y Siria.
La propuesta de ayuda humanitaria ha llegado desde todo el planeta, y el presidente de los EE.UU. Joe Biden, ha ofrecido “toda la asistencia necesaria».
Similar ofrecimiento ha realizado el presidente de Rusia, Vladímir Putin, a su homólogo sirio, Bachar al Asad.
Por su parte, la ONU y al menos 13 países de la Unión Europea (UE) han coordinado ya el envío de material y equipos de rescate, muchos de los cuales se encuentran ya sobre el terreno.
Beirut / con información Efe