Dirigentes estadales del Sindicato Único Nacional de Empleados Públicos del Sector Salud (Sunep-SAS) y el Sindicato de Trabajadores de la Salud (Sintrasalud) lideraron esta semana una asamblea en las instalaciones del Instituto Anzoatiguense de la Salud (Saludanz), en Barcelona, para solicitar que se agilice el pago de algunos beneficios que no fueron incluidos en las prestaciones sociales de los jubilados de 2022.
Según el secretario ejecutivo de Sintrasalud, Yovanny Yaguaracuto, cada organización formalizó el reclamo ante los organismos competentes, en el último trimestre del 2024, y fue aceptado.
"El ministerio admitió la demanda y se dio cuenta que sí es verdad, que a más de 2 mil trabajadores les deben el fideicomiso y hay deudas regionales con algunas cláusulas contractuales, por lo que estamos trabajando para que se agilice el pago", expresó Yaguaracuto.
Como parte de las diligencias, el dirigente gremial manifestó que se reunieron la tarde del jueves con autoridades de Saludanz y mediante un escrito formalizarán la solicitud de una mesa de trabajo donde participen también representantes de Consultoría Jurídica, Talento Humano, los demandantes, abogados y sindicatos.
"Todo esto para que el trabajo salga más rápido porque lleva como tres meses y vemos que va un poquito retardado", destacó Yaguaracuto.
Según Yaguaracuto, por ahora el reclamo va enfocado sólo en los trabajadores jubilados en el 2022, porque son los que tienen a la mano el finiquito de sus prestaciones sociales, donde les desglosan cada uno de los pagos.
En este sentido, no descarta que posteriormente se estudien las jubilaciones de los años siguientes.
Por su parte, el secretario de reclamos de Sunep-SAS, Luis Reyes, manifestó que también tienen en mente la conformación de una comisión con los jubilados y la representación sindical para viajar a Caracas, en caso de no conseguir una respuesta satisfactoria en la entidad.
Reyes aseveró que la intención es solicitar una reunión con la ministra de salud, Magaly Gutiérrez, para conocer el estatus de sus reclamos.
Barcelona / Elisa Gómez
