El 2022 cerró marcado por el flujo migratorio récord de Latinoamérica a Estados Unidos, impulsado en particular por venezolanos y cubanos, lo que ha desatado crisis humanitarias en Centroamérica y México, donde hay decenas de miles de migrantes con un futuro incierto, informó el lunes la agencia EFE.
El fenómeno es evidente en la frontera entre México y Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) detuvo en el año fiscal de 2022 un número inédito de más de 2,76 millones de indocumentados, con incrementos sustanciales en las capturas de cubanos y venezolanos.
El reto es palpable en urbes fronterizas como Ciudad Juárez, que en el primer trimestre vivió la llegada del éxodo haitiano y desde agosto el arribo masivo de venezolanos, según explicó a EFE Thiago Almeida, jefe de la oficina de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Juárez.
En este año más de 5 millones de venezolanos han salido de su país y la mayoría siguen con el propósito de cruzar a Estados Unidos. En los últimos meses varios de ellos estuvieron cruzando a la tierra del Tío Sam y ahora se encuentran en ciudades como Ciudad Juárez, una vez que fueron deportados. La crisis humanitaria persiste.
Ciudad Juárez / Redacción Web