Gregoria Urbano, Premio Nacional de Historia 2022, carupanera, estudiosa de nuestro devenir tradicional, reivindicó este jueves en un discurso ameno, anecdótico, pero por encima de todo, desde lo popular, el carácter de insurrección que marcó el movimiento cívico-militar de El Carupanazo, que cumplió 61 años.
Urbano fue la oradora de orden de la sesión especial de la Cámara Municipal para recordar la fecha, que quedó en la historia de la ciudad, como un hito. En 1962, varios militares de la Armada, encabezados entre otros por los capitanes Jesús Teodoro Molina Villegas y Héctor Fleming, se levantaron contra el gobierno de Rómulo Betancourt. Eran tiempo de la naciente doctrina puntofijista y no faltaron seguidores a los golpistas.
La docente resaltó en su intervención, la participación de muchos ciudadanos que se quedaron en el anonimato, cuyos nombres no entraron en las listas de los alzados. Una historia que describió como cotidiana e insurreccional y que vale la pena contar desde muchos puntos de vista que se quedaron escondidos.
Urbano remarcó la intervención de los carupaneros en las luchas reivindicativas y recordó que la ciudad fue destino del Libertador en 1814 y 1816, visitas que quedaron grabadas en el anecdotario local, pero sobre todo en la historia nacional, al proclamar Bolívar, en una de sus visitas la abolición de la esclavitud y emitir el llamado Manifiesto de Carúpano, cuya frase más famosa es “Dios concede la victoria a la constancia”.
Cerró “Goyita”, como todo el mundo conoce a la docente de la Universidad de Oriente, con una manifestación de la esperanza de que el país y el municipio reencauzarán su situación actual en pro del bienestar de sus ciudadanos.
La sesión especial contó con la presencia del gobernador Gilberto Pinto, el alcalde Julio Rodríguez y la cámara municipal en pleno, encabezada por su presidente Ángel Toussaint.
Pero los protagonistas de la jornada fueron los participantes civiles de El Carupanazo, ciudadanos de a pie, en ese entonces liceístas de varias instituciones educativas del municipio, que siguieron a los líderes militares alzados.
Miguel Salinas, ya entrado en años, fue uno de esos estudiantes. “Yo siempre fui un hombre de izquierda”, dijo y agregó que 61 años después está bastante orgulloso de ser parte de esa historia.
Estuvo preso y fue perseguido durante mucho tiempo. “Ya no sabían qué hacer conmigo”, dijo en tono jocoso, para relatar que finalmente terminó en la cárcel de Carúpano.
Jorge Fernández, por su parte, dijo que la insurrección del 62 fue la escuela de la rebelión de los comacates en 1992. Se integró al alzamiento como estudiante del liceo “Simón Rodríguez”, como parte de las brigadas populares. “Enfrentamos al adeco-copeyano”.
Jesús Farías estudiaba en el “Cristóbal Colón”. Era un muchachito y por eso no fue preso, contó, pero si se integró como apoyo en la plaza Bolívar.
“Tuvimos encuentros con los dirigentes del Simón Rodríguez, el Centro de Estudiantes, que presidía Hugo Marín Márquez, “el mocho” Marín”.
El alcalde Rodríguez y el gobernador Pinto, por la fecha, develaron el monumento de El Carupanazo, en las instalaciones del parque Miranda.
Durante su intervención, el mandatario regional hizo el paralelismo entre el 4 de mayo de 1962 y el 4 de febrero de 1992, hechos que calificó como análogos en pensamiento y acciones antiimperiales.
En su intervención, aprovechó para manifestar su respaldo al Presidente Nicolás Maduro, ante la decisión del Departamento del Tesoro norteamericano de entregar a un grupo de la oposición los recursos de Citgo, que a decir del mandatario regional, hacen falta para nuestros hospitales, para las escuelas, para acelerar la agroindustria, para el mantenimiento de la cesta básica y alimentaria.
“Hoy le damos ese respaldo a Nicolás Maduro, por haber abrazado a la clase obrera y seguir abrazando al pueblo venezolano, y ser un signo de dignidad en la lucha por nuestra independencia, por nuestra soberanía y por nuestra libertad”.
El alcalde de Bermúdez, Julio Rodríguez, por su parte, ratificó lo dicho por la oradora de orden Gregoria Urbano, sobre el carácter insurgente de los carupaneros y carupaneras y el avance en los procesos de cambio, así como la acción de hombres y mujeres que estuvieron en la lucha cívico-militar de El Carupanazo.
“Carúpano siempre ha estado a la vanguardia de las grandes luchas revolucionarias, desde los tiempos de Bolívar y eso lo estamos recordando y reivindicando”.
Carúpano/ Cecilia Lárez
