La noticia sobre el hallazgo de una pierna, presuntamente de una mujer, en el cajón de una camioneta estacionada en la avenida 5 de Julio de Puerto La Cruz, corrió como pólvora en horas del mediodía de ayer por el centro de la ciudad.
Al activarse las averiguaciones, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) logró determinar que la pierna pertenecía a Inés Herrera, de 51 años, quien vivía en Barrio Mariño detrás de la sede del ente policial.
Voceros del organismo detectivesco, que no dieron sus nombres, dijeron que los funcionarios acudieron a la residencia de la víctima y allí encontraron al esposo, de nombre Carlos Garrancha (55), quien al verse presionado durante los interrogatorios terminó confesando que había matado a su mujer por celos y que las demás partes del cuerpo las tenía en un frezeer (congelador) y enterradas en el patio de la vivienda.
Garrancha fue detenido y llevado a la sede del Cicpc en Puerto La Cruz.
Los restos fueron llevados a la morgue del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf), en Barcelona.
Versiones
Trascendió que la víctima trabajaba en el hospital Luis Razetti de Barcelona y que su agresor padecía de esquizofrenia.
El hombre estaba bajo tratamiento psiquiátrico en el mencionado recinto asistencial, donde unos empleados que omitieron su nombre, aseguraron que allí conoció a Herrera e iniciaron su amorío.
Todos los trabajadores del centro de salud están consternados con lo ocurrido con su compañera.
Habitantes de Barrio Mariño, que prefirieron mantenerse en el anonimato, indicaron que antes de confesar su crimen, a los agentes de la policía científica, Garrancha recibió la visita de una hermana, que se asombró al ver un gran charco de sangre en su residencia.
La dama le preguntó por qué había tanto líquido rojo en el piso y Garrancha trato de atacarla. Ella gritó, buscó ayuda y unos miembros del Cicpc la escucharon y se apersonaron a la casa, donde capturaron al homicida.
Barcelona / Eleida Briceño