El cambio de política de Estados Unidos hacía Venezuela ha dado un giro inesperado al tablero político.
Luego de las reunión sostenida el pasado sábado 5 de marzo entre funcionarios de alto nivel de la administración de Joe Biden y del gobierno de Maduro – un encuentro que fue calificado por el propio mandatario nacional como “diplomático y respetuoso”-, las puertas quedaron abiertas para nuevos acercamientos, el restablecimiento del comercio petrolero y la flexibilización de las sanciones que desde 2017 la nación del norte impuso a país.
El nuevo escenario llevó a materializar un primer gesto por parte del Ejecutivo madurista, con la liberación de Gustavo Cárdenas, exejecutivo de Citgo, filial de Pdvsa, quien forma parte de los seis ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela desde 2017.
Mientras la Casa Blanca y Miraflores tienden puentes, la oposición venezolana, liderada por el presidente de la Asamblea Nacional (AN) 2015, Juan Guaidó, busca hacer un conteo de daños, mostrándose cauteloso en sus pronunciamientos. Por lo pronto, emitió un comunicado donde advierte que el eventual levantamiento de sanciones contra el gobierno de Maduro debe supeditarse a la creación de condiciones para la realización de elecciones presidenciales y parlamentarias libres.
“Todo levantamiento de sanciones debe estar condicionado a avances reales hacia la transición a la democracia y la libertad de Venezuela, y tiene que traducirse en soluciones directas para la vida de los venezolanos. El levantamiento de cualquier medida de presión, si no está orientado a la democratización, solo fortalecería al autoritarismo que hoy amenaza al mundo”, apunta el texto.
Aunque en el comunicado se señala que Guaidó participó en otra reunión paralela con la delegación estadounidense que visitó el país el pasado fin de semana, el vicepresidente del Psuv, Diosdado Cabello, apuntó este miércoles en la noche en su programa televisión “Con el Mazo Dando”, que esto era falso, y que los funcionarios de la administración Biden sólo habían sostenido el encuentro con otro representante de la oposición, que no era Guaidó, y cuyo nombre se reservaba. “No me corresponde decirlo”, apuntó Cabello.
Guaidó, reconocido como presidente interino por Estados Unidos y varias decenas de naciones hasta hace unas semanas, tampoco ha detallado las materias abordadas en el encuentro.
El comunicado de su despacho, se refirió al restablecimiento del diálogo en México, suspendido el año pasado tras la aprensión del empresario colombiano, Alex Saab. El gobierno madurista impuso la liberación de este último como condición para volver a la mesa de conversaciones.
Guaidó reiteró ayer la disposición de la Plataforma Unitaria “que ha sido permanente y publica” para retomar el proceso de negociación en México “cuanto antes”, para lograr elecciones presidenciales y parlamentarias libres y garantía para todos los sectores. “Venezuela necesita un acuerdo urgente que permita lograr soluciones a la crisis y volver a ser un país que impacte positivamente a la región y al mundo”, señala el texto del gobierno interino.
Sin embargo, Cabello señaló también este miércoles que hasta el momento no se ha hablado del restablecimiento del dialogo en México. “¿Quién dijo que vamos a México? ¿De dónde sacan eso? México cumplió una etapa. El presidente (Maduro) puso unas condiciones, cúmplanlas”, apuntó.
Según el texto divulgado por el gobierno interino, “solo una Venezuela con garantías democráticas, institucionales y de transparencia” puede ser un proveedor energético confiable y eficiente para el mundo”.
“De lo contrario, no solo la corrupción, ineficiencia y estado actual de nuestra industria petrolera lo hará inviable, sino que se estaría financiando y fortaleciendo a una dictadura acusada de crímenes de lesa humanidad”, apunta.
Aunque la flexibilización de las sanciones no ha sido un tema que se haya confirmado oficialmente, lo cierto es que la materia energética si fue el primer punto que le interesa solventar de manera urgente a la Casa Blanca, ante las perspectivas de una crisis de combustible.
Actualmente Venezuela posee una producción de crudo que ronda los 700 mil y 800 mil barriles diarios. Aunque la capacidad de extracción de petróleo de Pdvsa se encuentra muy disminuida – hace 10 años se ubicaba en 2,7 millones de barriles-, expertos creen que el país está en capacidad de vender, a precios y condiciones ventajosas, 500 mil barriles diarios a EE. UU. -la misma cantidad que le vendía Rusia a la nación del norte, ante de la guerra con Ucrania.
Caracas / Rodolfo Baptista
