La compra de medicamentos, en medio de la crisis sanitaria provocada por la pandemia de Covid-19, ha dado un respiro al sector farmacéutico venezolano, que desde el año 2014 venía registrando una caída en su actividad por los controles de cambio y de precios, además de la pérdida del poder adquisitivo por parte de la población.
El sector proyecta para 2021 un aumento de 11,9% en el expendio de medicinas en comparación con el año pasado.
De acuerdo con cifras suministradas a El Tiempo por la Cámara de la Industria Farmacéutica (Cifar), se prevé que el mercado venda este año 150 millones de unidades, lo que significa un incremento de 16 millones respecto a los 134 millones vendidos en 2020, primer año en el que el experimentó un crecimiento luego de un quinquenio en caída sostenida.
La cantidad de unidades vendidas estimada para 2021 significaría una subida de 32,7% versus 2019, cuando salieron 113 millones. Esto significa un repunte importante para el segundo año de pandemia en comparación con hace dos años cuando el mercado se encontraba disminuido.
En la primera mitad del año 2021 se vendieron 72 millones 946 mil 166 unidades, un aumento de 10 millones 655 mil 760 (es decir, 17,10% más) con respecto a las 62 millones 290 mil 406 unidades comercializadas durante el primer semestre de 2020.
“Desde 2020 hemos visto que la caída del mercado ha parado y hasta pudiera decirse que hay algo de estabilización, pero el problema es que cuando vas a fondo ves que lo que se vende más son productos que se utilizan para la Covid-19. Si no hubiera pandemia no sé cómo estaría la industria. Seguiríamos en decrecimiento”, afirma el presidente de Cifar, Tito López.
Desde el año 2020, el sector farmacéutico registra un incremento en disposición y venta de medicinas en el mercado nacional (60% nacionales y 40% importadas) debido, básicamente, al aumento en las compras de medicinas relacionadas con el tratamiento del Covid-19
La cada vez más reducida industria farmacéutica nacional, representada principalmente por Cifar y a la que están afiliadas 24 empresas (17 con plantas de producción y siete casas de representación), produce aproximadamente 56% del total de unidades que se consiguen en el mercado.
Los productos más vendidos actualmente son alcohol antiséptico, acetaminofén, vitaminas del complejo B, DiclofenacPotásico, Azitromicina, antigripales y Alprazolam.
Entre los medicamentos que son de libre venta y sirven para aliviar el malestar por los síntomas del Covid se encuentra el acetaminofén o paracetamol. De igual manera los médicos especialistas pueden recetar ibuprofeno si ha descartado la posibilidad de dengue en el paciente. En los cuadros graves el procedimiento es distinto y, por tanto,se requiere de otro tipo de fármacos en caso de que se necesite hospitalización.
El precio promedio de estos rubros es de 2,66 dólares, muy por debajo de la
media de otros países latinoamericanos, la cual se ubica entre nueve y 12
dólares. Y mientras en Venezuela el producto que encabeza la lista de los 20
más vendidos es el alcohol antiséptico —aun cuando no es farmacéutico como
tal—, en otros países los medicamentos que más se mueven son para patologías
crónicas, como trastornos cardiovasculares y diabetes.
Esto evidencia que la mayoría de los venezolanos tienen acceso principalmente a medicamentos de bajo costo y que para ellos no es fácil cubrir los gastos de tratamientos para enfermedades crónicas. “El problema en Venezuela está en el bolsillo de la población, es un problema económico más que de precio”, sostiene López.
Por otro lado, uno de los riesgos implícitos en el escenario de pandemia tiene que ver con la automedicación de las personas contagiadas y la renuencia a acudir a centros asistenciales. En Venezuela, desde marzo de 2020, cuando se detectó el primer caso de la enfermedad, el Gobierno nacional ha reconocido 335 mil casos y poco más de 4 mil muertes, lo que, a juicio de especialistas, revela un subregistro de enfermos y decesos en el país.
El médico infectólogo Julio Castro ha alertado en forma reiterada sobre el peligro de la automedicación, el que mucha gente crea que pueden controlar los síntomas comprando medicinas por su cuenta y quedándose en sus casas. “El hecho de que la persona con síntomas sienta seguridad por usar un medicamento que sabemos que no funciona, retrasa la verdadera atención médica que esa persona necesita. No es infrecuente que veamos pacientes que llegan complicados y terminan falleciendo, o terminan teniendo enfermedad muy larga y severa”, apuntó el experto en entrevista al portal Prodavinci.
Aunque en los últimos dos años el área farmacéutica ha crecido levemente, la proyección de 150 millones para 2021 equivale a una caída de casi 80% en comparación con 2014, cuando se expendieron 714 millones de unidades. En aquel entonces se vendía en un solo trimestre 20% más de medicamentos que en todo lo que se espera para el 2021.
La leve mejoría del mercado también se debe a la entrada de casas de representación, que han satisfecho una demanda que dejaron desatendidas las trasnacionales que se fueron del país luego de años de control de cambio y de precio.
Cifar calcula que actualmente la escasez no supera el 10%. Igualmente, en el país han entrado medicamentos como consecuencia de la liberación de restricciones y pago de impuestos por importación a medicinas terminadas.
En 2018, la escasez había llegado a unos niveles alarmantes. De cada diez medicinas que los venezolanos buscaban, solo conseguían una y media. Tanto Cifar como la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven) ubicaban el desabastecimiento en 85%. Según una encuesta realizada por la Comisión de Desarrollo Social del Parlamento de Venezuela, el desabastecimiento de medicamentos en los hospitales llegó a 88%.
Fuentes del sector han denunciado que el Estado acepta que entren al país medicinas sin el registro sanitario venezolano que otorga el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, solo el del país de origen.
El 4 de abril, el Ministerio de Salud emitió la resolución 075, publicada en la Gaceta Oficial 41610, que permite a las compañías farmacéuticas que no estén domiciliadas en Venezuela traer medicamentos que no se producen en el país.
Esas personas jurídicas “interesadas en contribuir solidariamente con el combate al bloqueo económico y su repercusión en el acceso a medicamentos para la población de Venezuela” podrán establecer alianzas estratégicas con las empresas del Estado, ademásde beneficiarse con la instalación y funcionamiento de una casa de representación.
Caracas / Carlos Seijas Meneses