La fiesta de la cruz, que en Carúpano tiene una connotación especial, al tratarse de la puerta de entrada a una extensa zona agrícola, se inició este 3 de mayo, en la parroquia Santa Rosa, donde unas 27 escuelas, cultores, grupos de baile, cantantes de galerón y una muestra gastronómica se reunieron para cantar y homenajear al madero.
La tradición de los velorios de cruz se multiplica en escuelas, sectores e instituciones de Paria, que sacan el símbolo adornado a la calle y arman los altares que duran hasta el fin de mes. La fiesta que muestra el sincretismo religioso se realiza cada año para pedir lluvias y buenas cosechas.
La celebración se trasladó este viernes a la cancha de la comunidad de Curacho, donde se realizó la exhibición de cruces y actuaron agrupaciones como la orquesta Alma Llanera, conformada por adolescentes y niños de la comunidad.
Carmen Guerra, coordinadora cultural del sector educativo en la parroquia, precisó que participaron los circuitos 11, 12, 13 y 14 que conforman la zona. En total 27 escuelas, así como la participación activa del Ateneo de Curacho.
La programación incluyó la celebración de un galerón infantil, la presentación de grupos de danza y las interpretaciones de la orquesta Alma Llanera, con su grupo de cuerdas.
Carúpano / Yumelys Díaz