Miles de pescados de las especies roncador, casabita y lamparosa, entre otras, están esparcidos a lo largo de la playa continental de Boca de Aroa, lo que según lugareños es una acción que ejecutan algunos pescadores artesanales que desechan por su pequeño tamaño los referidos animales marinos.
Versiones recibidas en el pueblo señalan que los pescadoras están obligados por la ley a utilizar una red de medidas específicas justamente para evitar que peces pequeños, en pleno desarrollo, queden atrapados.
El caso es que la mayoría de los pescadores llevan oculta, para la faena, una segunda red, mas comprimida, de agujeros muy pequeños y esto es lo que causa que al ser lanzada al mar muchos peces de menor tamaño queden atrapados.
Al llegar a la orilla es tal el peso de esos pecesillos que los pescadores los botan en la playa, porque “no es negocio” para ellos comercializarlos, “por eso los botan”, reitranlos vecinos.
Del caso conoce la Guardia Costera, cuyos funcionarios estuvieron ayer (el martes 25) en la playa y citaron a los pescadores para este miércoles pero estos no acudieron a la cita alegando que la Costera se llevó tres mil kilos de pescado, refirió un bocaroeño con el ruego de mantener su identidad en reserva por temor a represalias.
Es un crimen que además contamina la playa, aseguraron decenas de habitantes de Boca de Aroa.
Falcón / La Mañana