Jóvenes que se han planteado como meta ser odontólogos las tienen cuesta arriba debido a las fallas operativas de las instituciones donde cursan sus estudios.
Este es el caso de la facultad de Odontología de la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho (Ugma), la cual presenta deficiencias en sus servicios.
La bachiller Carmen Morales indicó que desde hace algunos semestres se ha notado que el personal de mantenimiento del recinto no realiza sus labores como es debido.
“Pasamos la de Caín para poder hacer nuestras prácticas clínicas y finalmente graduarnos. Las autoridades han llegado al punto de pedirnos detergente para poder lavar los instrumentales”.
Añadió que la compra de los artículos de limpieza deben hacerla entre todos los alumnos que vayan a realizar la práctica ese día, pues de lo contrario no les permiten entrar a la clínica universitaria.
“Esta situación se repite a cada rato, incluso con estudiantes de semestres avanzados que requieren de la aprobación de sus prácticas para poder continuar con sus estudios”, dijo Morales.
Sin materiales especiales
El estudiante Juan Millán denunció la falta de materiales, entre ellos el líquido especial para revelar los estudios de rayos X.
“Para hacer una intervención o extracción de algún diente, primero debemos tomar una panorámica donde podamos ver qué tan superficial o profunda debe ser la intervención. La falta del líquido nos retrasa porque debemos mandar el paciente a otra clínica y que regrese con el estudio revelado”.
Explicó que desde hace más de un año no cuentan con el líquido especial para el revelado de las radiografías, lo cual genera retraso para dar de alta a cualquier paciente.
“Perdemos mucho tiempo buscando los materiales, además de que actualmente están muy costosos y muchos no tienen la posibilidad económica para comprarlos”.
El deterioro de la infraestructura de la facultad también ha sido un impedimento para que los bachilleres continúen con sus estudios.
Fallas de aire acondicionado
Varios alegan que la mayoría de los aires acondicionados presentan fallas, además del mal estado de los pupitres.
“Quienes nos hemos visto en la obligación de ver clase sin aire, tenemos que hacer abanicos de papel para poder aguantar el calor”, expresó María Ávila, estudiante del 3er semestre.
Ávila destacó que en oportunidades han realizado protestas y dirigido circulares a los rectores académicos, pero sus quejas no han sido escuchadas.
Señaló que temen perder el semestre por el deterioro de la Ugma.
Barcelona / María Fernanda Méndez Y.
