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Especialistas prevén crecimiento económico de 4,2% para fin de año en medio del repunte del precio del dólar y un clima de incertidumbre (+Fotos)

noviembre 8, 2024
Los costos de los alimentos dependerán de los cambios económicos / Foto: Archivo

Los indicadores económicos del país siguen mostrando una relativa estabilidad, a pesar de las señales de alerta que se han encendido en las últimas semanas con respecto al comportamiento del tipo de cambio.

Al menos esto opinan diversos analistas quienes apuntan a un crecimiento modesto pero signado por elementos de incertidumbre para finales de 2024.

A comienzos de año diversos especialistas anticiparon un alza del Producto Interno Bruto (PIB) -monto total de la producción de bienes y servicios generados en el país- ubicada entre 5% y 10%.

Sin embargo, según las más recientes estimaciones de la firma consultora Ecoanalítica, el crecimiento económico podría finalizar el año en 4,2%.

La cifra coincide con los datos arrojados por la Encuesta Cualitativa Empresarial de Fedecámaras publicada semanas atrás, según la cual las expectativas de crecimiento del sector privado para finales de año, se redujeron de 8% a 4,2%.

El socio director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, apuntó que entre los sectores de mayor repunte en el país durante 2024 se encuentra el automotriz, donde se observa un incremento importante de la venta de vehículos. Advirtió que luego de muchos años se van a superar los 12 mil autos vendidos. En 2023 la cifra no superó las 3 mil 500 unidades.

Otros de los sectores que han reportado mejoras son el de las telecomunicaciones y tecnología -con la expansión de la fibra óptica- y el de los alimentos. También han mostrado signos de mejoría las áreas de salud y la actividad comercial.

El riesgo de la brecha cambiaria

Sin embargo, el repunte de la cotización oficial del dólar -y el despegue del tipo de cambio paralelo-, ha sido uno de los elementos que ha puesto en alerta a los sectores financieros y comerciales del país.

La tasa fijada por el Banco Central de Venezuela (BCV) lleva un alza acumulada desde enero y hasta la primera semana de noviembre de 22,88%, al pasar de Bs 35, 96 a Bs 44,19. El mayor porcentaje de incremento se registró en el último mes.

Aun así, Ecoanalítica prevé que la inflación cierre en 2024 entre 25% y 30%, descartando incluso cualquier síntoma hiperinflacionario para 2025.

De acuerdo con Oliveros, lo ocurrido en las últimas semanas es una señal de alerta para que haya un cambio en la política económica.

“Si estos cambios no se dan los niveles de inflación y el tipo de cambio pueden ser más altos”, dijo Oliveros durante el Foro sobre el cierre 2024 y perspectivas 2025.

De hecho, el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), instancia independiente de medición estadística, reportó una aceleración de la inflación para octubre de 9,6% como resultado de la depreciación del bolívar.

El Índice de Precios al Consumidor del mes pasado casi triplicó el registro de septiembre que se ubicó 3,4%, según esta instancia, llevando la aceleración acumulada en el costo de bienes y servicios a 43% entre enero y octubre.

Sin embargo, las cifras oficiales de inflación publicadas por el Banco Central de Venezuela (BCV) resultan mucho menores que las del OVF. Para el máximo organismo emisor, entre enero y septiembre sólo se reportó un incremento de precios de 12,1%.

Oliveros puntualizó que el consumidor es el que resulta más afectado por la llamada brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo.
El Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) apuntó esta semana que algunos comerciantes han decido utilizar la tasa del Euro fijada por el BCV como referencia para el pago en bolívares, como una forma de enfrentar las distorsiones que se están generando en la economía el diferencial entre la cotización oficial y la paralela.

“El no resolver la brecha cambiaria, al final es un proceso que afecta a todos, a las empresas y a los usuarios. Pero los más vulnerables aún son los que ganan en bolívares, ya que la capacidad de que su dinero rinda se ve disminuida”, indicó el director de Ecoanalítica.

Puntualizó Oliveros que en el país 45% de la población gana hasta $100 mientras que 48% gana entre $100 y $ 600. Es este último sector donde hay necesidades de consumo que no están siendo satisfechas y representan una oportunidad desde el punto de vista del comercio y los servicios.

Petróleo y el factor político

Además de la situación cambiaria, es el tema político tanto en el ámbito nacional como el internacional, el que genera más incertidumbre para el país principalmente de cara a 2025.

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, pone sobre el tapete la posibilidad de que EE.UU. aplique nuevas sanciones a Venezuela.
Las licencias otorgadas el 18 de octubre de 2023 por la administración de Joe Biden, flexibilizaron las restricciones comerciales y financieras impuestas contra Venezuela desde 2017 -durante el primer gobierno de Trump-, y abrieron un margen de maniobra para la explotación de petróleo, de oro y manejo de la deuda.

De hecho, la posibilidad de que trasnacionales como Chevron volvieran a operar en el país permitieron que la producción de crudo se elevara 23,7% al pasar de 762 mil barriles diarios en septiembre de 2023 a 943 mil barriles en septiembre de este año.

Según Ecoanalitica, en caso de que se retomen las sanciones, se generaría una merma en la entrada de divisas al país, un incremento de la inflación y una nueva fase de recesión en la economía.

Aunque el gobierno de Nicolás Maduro ha anunciado sus disposición a dialogar con el recién electo mandatario estadounidense, lo ocurrido en las elecciones del 28 de julio, y la negativa a publicar los resultados detallados por mesa de votación por parte del CNE, continúa siendo uno de los principales factores políticos que abona incertidumbre y afecta incluso la llegada de nuevas inversiones.

Oliveros puntualizó que, ciertamente, en un escenario de incremento de presiones por parte de EE.UU., las proyecciones para 2025 podrían ser muy negativas y tener una economía que ni siquiera crezca, con una disminución de 40% en la capacidad de generar ingresos y una caída de 25% en la producción petrolera. Sin embargo, no existe ninguna certeza de que esto vaya a ocurrir, y menos si la administración Trump asume una política más comedida con respecto a Venezuela.

Aumento salarial pendiente

Todo parece indicar que en lo que resta de año no habrá aumentos salariales para el sector público, debido a la alta volatilidad inflacionaria que conllevaría.

A comienzos de año, distintos especialistas aseguraban que en un escenario de mayores ingresos petroleros y en medio de un año electoral, era casi seguro que se diera el largamente esperado aumento de salario mínimo. Pero esto no ocurrió.

Desde marzo de 2022, el Ejecutivo no autoriza un ajuste de sueldo. En aquel entonces el monto de Bs 130 era equivalente a $30: en este momento, apenas alcanza los $ 2,94 producto de la devaluación experimentada por la moneda.

A pesar de que la administración pública cobra el denominado Bono de Guerra Económica de $90 -el último cancelado el 15 de octubre se ubicó en Bs 3 mil 490- y el Bono de Cestaticket de $40, y de que el Gobierno ha intentado posicionar que un trabajador cobra un salario integral de $130, la realidad es que ambos no tienen incidencia en beneficios laborales como aguinaldos, vacaciones o prestaciones sociales.

Bono de fin de año

Precisamente el pago de bono de fin de año ha generado protestas en el sector público. A principio de octubre, comenzaron a cancelarlos de forma fraccionada. Los depósitos iban desde Bs 200 hasta Bs 600 aproximadamente, es decir, entre $5 y poco más de $15, de acuerdo con una denuncia realizada por la Red Sindical Venezolana, una plataforma que agrupa a trabajadores de la salud, de educación, eléctricos y de las empresas básicas.

Desde la Red Sindical se ha promovido una agenda de reclamos para exigir lo que han denominado “aguinaldos dignos”. Entre las peticiones de tener un salario que les permita cubrir sus necesidades básicas como alimentación, educación y recreación, también está el contar con un bono de fin de año que supere los $500 por trabajador, de acuerdo con la escala que ocupe.

Según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), para septiembre una familia necesitaba $ 531,57 para adquirir una Canasta Alimentaria, -con 60 productos básicos. El monto es equivalente a 177,91 salarios mínimos.
Es precisamente, el ajuste salarial un tema pendiente, sobre el cual se mantiene una mayor incertidumbre entre los trabajadores.

Caracas / Redacción Web

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