Los enfermos renales que se atienden en la unidad de diálisis del Seguro Social en el hospital Santos Aníbal Dominicci (SAD) de Carúpano, realizaron una rueda de prensa en el estacionamiento del centro asistencial, en la cual relataron las múltiples dificultades que han sufrido a lo largo de este año con relación al servicio.
La más reciente fue el cese de atención por 15 días porque colapsaron las aguas servidas y contaminaron el recinto. Como consecuencia, en ese lapso padecieron descompensaciones e incluso, una joven de 25 años, oriunda de Cerezal, en el municipio Ribero, sufrió un infarto y murió.
El paciente Héctor Viñoles, relató que el servicio se contaminó y pudieron seguir recibiendo tratamientos, pero ya de por sí, denunció, debido a la deficiencia de máquinas, sólo reciben dos horas de tratamiento cuando les toca, por lo que las condiciones de los enfermos, lejos de ser estables, se van deteriorando con el tiempo, por lo que muchos han muerto en los últimos cinco años.
Explicó que lo reglamentario son cuatro horas, por lo que acumulan carencias y se descompensan cada vez más. “Hablo en nombre de mis compañeros. No estamos bien. El llamado es para que tengan más empatía con el paciente y que nos ayuden”.
La unidad cuenta con cuatro máquinas, pero a veces se dañan dos y hasta tres y "hay que seguir adelante con lo que hay, gracias a Dios que tenemos ese técnico que nos mete la mano. Hay muchos pacientes para las pocas máquinas. Somos 38, 28 en hemodiálisis y diez en peritoneal”.
Marcos Arias, otro paciente que recibe diálisis hace año y medio, llamó a las autoridades a buscar soluciones, porque aunque entienden las carencias con las máquinas, el deterioro los acecha y reclaman soluciones que los ayuden a seguir vivos.
Pidió que los doten de máquinas, porque las que hay no se dan abasto con la cantidad de pacientes de la unidad.
Nerkys Martínez, paciente renal, dijo que no reclaman más que su derecho a la vida, porque en las condiciones en las que está el servicio están lejos de ver esas garantías. “Corremos mucho peligro, con las goteras de aguas negras, cuando no es esto, son las 14 personas diarias que se acumulan para dializarse y el tiempo no da. Nos vamos debilitando, nos sube la urea, se suben otros valores y poco a poco”.
Insistió en que como pacientes tienen derecho a la atención y a la vida, así sea dependiendo de una máquina. “Ayuda, no tengo más palabras, ayúdennos porque estamos solos”.
El caso más crítico es el del enfermo Juan Calzadilla, quien permanece hospitalizado en mala condición en el piso cuatro del hospital y que de no recibir la diálisis lo más pronto posible, está en riesgo de muerte.
Su esposa, Rosa Reyes, explicó que Calzadilla se llenó de líquido por las deficiencias en el proceso de diálisis, hace ocho meses, cuando se dañó la planta de osmosis inversa. “Les pido de corazón, en nombre de nuestros amigos que murieron, que nos ayuden, porque no tenemos quien nos represente. Sabemos la situación país, que no hay máquinas, pero estos aparatos son la vida para estos pacientes”.
Para horas de la mañana del viernes seguía cerrada la unidad, aunque la coordinadora del Seguro Social en Carúpano, Juana Velásquez conversó con los pacientes en el estacionamiento y les ofreció que en horas de la tarde se reactivaría el servicio y que se daría prioridad a los casos más urgentes, como el del señor Juan Calzadilla.
Bermúdez / Yumelys Díaz