"Un día después de que en el diario El Tiempo salió la nota sobre la situación crítica por los 14 meses que teníamos sin agua en El Samán de Urica, vino el personal de Hidrocaribe (Hidrológica del Caribe C.A.) con una nueva bomba eléctrica".
Así inició su relato Ismary Tocuyo, habitante de esa población ubicada en la zona norte del municipio Freites, estado Anzoátegui, sobre la manera en que ha sido abordado el problema de la carencia de agua por parte de las autoridades y los vecinos.
"Trajeron esa bomba el 5 de marzo y aunque no fue instalada inmediatamente, ya contamos con agua en el pueblo. Toda la comunidad se abocó y se incorporó a las labores con la instalación de mangueras y tubos para poder restablecer el servicio. Así hemos ido poco a poco recuperando el sistema para surtir al pueblo desde la toma de ocho pulgadas", explicó.
Sin embargo, según refirió Tocuyo, en El Samán de Urica siguen preocupados por el bajo nivel del río Amana, pues la sequía ha sido intensa y las cosechas están en riesgo de perderse.
Como se recordará, la población vive de la agricultura y se abastece de ese afluente que surte a la planta Mundo Nuevo, a través de un sistema de dique que también suministra agua al estado Monagas.
Tocuyo recordó que las compuertas del dique se rompieron durante el deslave de 2012 y siguen sin ser reparadas.
"Estamos en riesgo de perder todas las cosechas porque el río está casi seco y luego de que las cuadrillas de Aguas de Monagas vinieron para regularizar las tomas de agua, se ha complicado más la situación ".
Tocuyo reiteró el llamado al gobernador de Anzoátegui, Luis Marcano, para que busque una solución de manera conjunta con su homólogo de Monagas, Eduardo Luna.
"Necesitamos que el gobernador Marcano venga y vea lo que está pasando con nuestras cosechas porque prácticamente todos aquí vivimos de lo que sembramos", dijo Tocuyo al referirse a la siembra de hortalizas como cebolla, cebollín, tomate, pimentón, pepino y ají, entre otros rubros.
El Samán de Urica / Danela Luces