Más de 2.000 grupos familiares residen en Barrio Sucre, el cual limita con los sectores El Espejo y Boyacá, en la ciudad de Barcelona.
La mayoría de los vecinos consultados por El Tiempo afirmaron que la seguridad ha mejorado en los tres últimos años, aun cuando hay delincuentes siguen operando en la comunidad.
En la calle La Línea vive desde que nació el técnico en refrigeración de vehículos, Jesús Rojas, de 46 años de edad. El señor contó que en horas de la noche, unos sujetos saltaron el paredón de su taller, de donde se llevaron un manómetro y llaves de trabajo.
Los rufianes, tal vez los mismos, se han metido varias veces en otro local de reparación mecánica, cercano al suyo.
Rojas estimó que a los ladrones los favorece la penumbra, pues la vía lleva unos cuatro años así, sin iluminación. Precisó que apenas alumbra el foco que puso un comerciante frente a una licorería.
El hombre afirmó que de día pasan funcionarios de todos los cuerpos policiales por la calle La Línea, pero de noche es raro que lo hagan.
BANDA “EL PELUCA”
Siete presuntos miembros de la banda de “el peluca”, dedicada al hurto y comercialización de droga, fueron apresados, en abril pasado, por la Dirección de Investigación Penal (DIP) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en Barrio Sucre de Barcelona. Un vocero identificó a los arrestados como Víctor Zacarías (49), su hijo de 21 años e igual nombre, Andrés Bericote (19), Ernesto Sifontes (26), José Tiapa (44), Aaron Alcalá (22) y César Rengifo (29). Al grupo le decomisaron 50 envoltorios de marihuana, una balanza digital, un bolso, una granada APG, un chopo y ocho cartuchos de 12 mm.
A una cuadra, en la calle Trinidad, reside la asistente administrativa Yaneth Totesaut (51 años), quien refirió que dos años atrás, le hurtaron un compresor de aire acondicionado.
Hace cuatro meses intentaron llevarse otro equipo de aire. Su perro, Coco, comenzó a ladrar, y los hampones tuvieron que huir con las manos vacías.
La señora añadió que en dos ocasiones, los delincuentes rompieron paredes de una venta de repuestos de vehículos para robar.
“Los maleantes no lograron su objetivo porque la gente alertó a tiempo al dueño del local, llamado Juan”.
UN DESERTOR
El declarante añadió que en el mismo sector aprehendieron a Keissmer Cova (28), quien está solicitado por el delito de deserción militar.
Los ocho detenidos fueron remitidos al Ministerio Público del estado Anzoátegui, a fin de que enfrenten los cargos que hay en su contra.
Su vecino, el mecánico desempleado David Rosas (56) mencionó que un mes atrás explotó un transformador en Barrio Sucre, razón por la cual quedaron sin luz de 220 voltios. Los habitantes ya no pueden prender los aparatos de aire acondicionado.
Tanto Rosas como Totesaut expresaron que cada seis o siete meses reciben la caja de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción ( Clap).
Los dos indicaron que la última bolsa trajo cuatro paquetes de harina de maíz precocida, cuya masa queda tiesa, cuatro espaguetis, tres arroz, una azúcar, otro de frijol chino, un cuarto de kilo de leche y dos latas de sardina.
En la calle Soledad reside el latonero y pintor Hernán Castañeda (47), quien señaló que el sector es tranquilo.
Adujo que por la vía transitan uniformados de la Policía del estado Anzoátegui (Polianzoátegui) y de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).
Más adelante, en la calle Andrés Eloy Blanco de Barrio Sucre está otro taller mecánico, propiedad de Alí Lanoy (70).
En el techo del local hay varios parachoques plásticos de vehículos. El septuagenario estimó que los malandros no se los han llevado porque lo que hurtan actualmente son piezas de metal.
Lanoy indicó que quien lo robó fue un amigo, cuyo nombre omitió, quien le cobró 20 dólares por reparar un gato tipo caimán.
El hombre explicó que esta persona tuvo el equipo durante dos meses en su taller y, aun así, se lo devolvió malo.
El cauchero José Romero (45) habita al final de la calle Las Acacias, cerca del arroyo de Barrio Sucre.
El trabajador recordó que anteriormente los vecinos comentaban, a cada rato, que delincuentes robaban teléfonos celulares.
“Ahora es distinto. Raras veces oigo a la gente que dice que le sacaron la batería a un carro”.
Su hermana, el ama de casa Yajaira Romero (57), aseveró que hay mucha plaga en el sector. El personal de Malariología fumigó hace unos dos años.
“Tras salir de una consulta en el Ambulatorio Carlos Martí Buffil, fui a buscar mi carro, marca Mitsubishi, que había dejado estacionado en la calle Guayaquil de Barrio Sucre de Barcelona. El vehículo no prendió porque me hurtaron la batería".
Maricarmen Roca
Educadora
La mujer aseveró que cuando llueve se desborda la quebrada que pasa por allí y se mete en las viviendas que están en la parte baja.
Recientemente, salió un reptil denominado baba, unos muchachos la mataron y se la comieron en parrilla.
Yajaira dijo que 15 días atrás, un ciempiés la picó en una oreja. A los días, vio otro frente a su domicilio, y lo eliminó su sobrino Víctor Romero (14).
Este chico, quien estudia tercer año de bachillerato en el Liceo Rafael Fernández Padilla, sembró matas de cambur, girasoles y margaritas en la orilla del arroyo.
En la misma calle, cruce con Sucre, la comerciante Liliana Martínez (41) ofrece tres tequeños y un refresco por un dólar.
17 DE FEBRERO
De 2020 fue la fecha en que asesinaron a Cristian Gelvest Carvajal, en la calle Táchira de Barrio Sucre, en Barcelona. El muchacho se desplazaba en una motocicleta, junto con un amigo, cuando fue tiroteado por un sujeto que andaba también en un vehículo de dos ruedas. Allegados informaron que Gelvest fue ultimado, supuestamente, por un funcionario de Polianzoátegui, llamado Edgar y conocido como “Champion”. Afirmaron que el oficial acosaba a Cristian porque él le debía una cantidad de dinero. Un mes atrás, el policía le habría quitado una moto.
Ella comentó que residentes le informaron que ocupantes de un vehículo, al parecer procedente del sector 29 de Marzo, despojan a los ciudadanos de sus teléfonos en Barrio Sucre.
Su cliente Oscar Arreaza (28) contó que una de las víctimas fue su amigo Gabriel Párica (24), quien estaba en la calle Sucre, a la altura de la Ferretería Skorpio, cuando le quitaron su móvil.
El veinteañero fue sometido por un par de individuos que andaban en un automóvil gris, marca Chevrolet, modelo Celebrity o Century.
En la calle Los Rosales queda el Taller Hidroauto. Su propietario, Denis Lagoa (59), dijo que por la vía pasan a cada rato los funcionarios de la brigada ciclística de la Policía Municipal de Bolívar (Polibolívar).
En su cuadra apenas alumbra un reflector que está frente a Multiservicios 1965 CA.
Lagoa se quejó de que los fines de semana, varios beodos se orinan en una esquina, cerquita de la santamaría de su local.
A media cuadra, en la calle Libertad queda la sede de la Respetable Logia Cuna de Anzoátegui 178-1, fundada en 1971, donde unos albañiles realizan trabajos de mejoras.
En la misma vía, cruce con Zulia, laboran los chatarreros José Acosta (65) y José Martínez (40), quienes aseguraron que no los han robado.
De lo que se quejaron los señores fue de la falta de reposición de las dos lámparas del poste que está en la esquina del negocio. Apuntaron que se quemaron ocho meses atrás y así las dejaron.
El ama de casa Aracelis Campos vive, desde hace 25 años, en la calle El Estadio. Por las cunetas de la vía corren las aguas servidas porque las cloacas han estado colapsadas “toda la vida”.
Esta sexagenaria dijo que- pese a la contaminación, sus cuatros hijos crecieron totalmente sanos.
Allí abundan los zancudos. Para espantarlos, Campos echa gasoil o quema cartones de huevo.
45 AÑOS
Tenía Williams Rafael Pinto Valbuena, a quien llamaban cariñosamente “Valbuenita”. Al hombre le costó la vida ofrecer resistencia a un atracador, el 16/9/2019, en la calle Bermúdez, cruce con Nueva, de Barrio Sucre, en Barcelona. El hombre conversaba y compartía tragos con unos amigos cuando llegó un sujeto en una motocicleta, quien le exigió que le entregara el celular. En vista de que Pinto se negó, el asaltante le efectuó un disparo en el costado izquierdo. El asesino se dio a la fuga. Nadie se atrevió a seguirlo. Detectives llevaron el cadáver a la morgue forense.
Otros vecinos, Ramir José Mago (48) y Ramón Sabino (60), trabajan en el taller de frenos Los Tigres, situado en la calle Las Flores, cerca del estadio Ramón Guarache. Ambos indicaron que perdieron la cuenta del número de veces que los delincuentes rompieron los candados anticizallas y santamarías para hurtar piezas de vehículos.
La inseguridad está terrible en Barrio Sucre, acotó Sabino. “Está atrinca” añadió Mago.
La falta de mantenimiento es evidente en el coso Ramón Guarache. Un tramo de la cerca de bloques fue derribado; mientras que en otro hay pequeños huecos que usan unos muchachos para escalar.
La basura y el monte ocupan parte de las instalaciones deportivas.
En un paredón hay un letrero descolorido que reza: Operación Rescate. Gobierno de Anzoátegui.
En las gradas estaban dos niños, uno de 8 y otro de 10 años, quienes aprovecharon la brisa para volar papagayos.
Uno de ellos dijo que practica béisbol con un entrenador apellidado de Mejías.
En las adyacencias, en la calle Sucre, cruce Las Flores, la gente deposita todo tipo desperdicios frente a una vivienda, en las cercanías del negocio Servicar Oriente CA,
Un mecánico de frenos, que se abstuvo de identificarse, manifestó que los camiones recolectores de los desechos sólidos se pierden hasta por una semana del lugar.
El joven aseveró que los conductores del aseo urbano solo transitan por las vías principales de Barrio Sucre.
QUINCEAÑERO MURIÓ AHOGADO
Un adolescente de 15 años pereció ahogado cuando se bañaba en la playa Los Canales de Lechería, municipio Juan Bautista Urbaneja. El accidente ocurrió el mediodía del 3 de enero del año en curso. A las dos horas, funcionarios del Cuerpo de Bomberos y Protección Civil rescataron el cadáver. Uniformados de la policía científica lo llevaron a la morgue del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) en Barcelona. El jovencito vivía con su padre en la calle Andrés Eloy Blanco de Barrio Sucre.
Barcelona / Yraida Núñez