El flujo de migrantes irregulares que entran por la peligrosa selva del Darién, la frontera natural entre Panamá y Colombia, marcó una bajada "histórica" de un 94 % en enero pasado, frente al mismo periodo de 2024, según datos oficiales divulgados este sábado por el Servicio Nacional de Migración (SNM).
"El ingreso de migrantes irregulares a Panamá ha tenido una disminución importante en un 94 %, una cifra histórica al 31 de Enero del 2025, en comparación al mismo periodo del 2024", destacó el SNM en sus redes sociales.
De acuerdo con las cifras comparativas ofrecidas por la entidad, en el mes de enero entraron por el Darién un total de 2.158 migrantes, en comparación con los 34.839 que lo hicieron en el mismo lapso de 2024.
La cifra "histórica" es divulgada por las autoridades panameñas a unas horas de que llegue al país el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, que tiene previsto el domingo un encuentro con el presidente panameño, José Raúl Mulino, para tratar el tema migratorio o la polémica sobre el Canal de Panamá, tras amenazar Trump con "recuperar" la vía interoceánica por la supuesta influencia china.
Un informe dado a conocer por el Gobierno panameño esta semana detalló que 1.881 migrantes fueron deportados o expulsados de Panamá en los últimos cinco meses, como parte de la colaboración con el Gobierno de Estados Unidos tras la firma de un memorándum de entendimiento entre los dos países.
El acuerdo, suscrito el 1 de julio pasado por Panamá y EE.UU., el mismo día de la toma de posesión de Mulino, contempla la repatriación vía aérea y con base a las leyes panameñas de migrantes irregulares que hayan llegado al país centroamericano, con Estados Unidos financiando los vuelos.
Desde la firma de este acuerdo, se han producido más de 40 vuelos con migrantes deportados o expulsados.
Precisamente, horas antes de partir el lunes de Panamá para iniciar una gira que le llevará a otros países de la región, el secretario de Estado de Estados Unidos acudirá a presenciar uno de estos vuelos de deportación, en esta ocasión de colombianos.
El Gobierno panameño, que asumió el poder el pasado 1 de julio para el quinquenio 2024-2029, vincula la caída del tránsito migratorio a medidas como el cierre de caminos en la selva para habilitar un único "corredor humanitario", la aplicación de multas por entrar de forma irregular al país, la temporada de lluvias en meses pasados, y el programa de vuelos de deportación financiado por EE.UU.
Esas restricciones están vigentes desde el año pasado, que cerró con 300.549 migrantes que llegaron a Panamá tras cruzar el Darién, un 41 % menos que la cifra récord de 511.103 de 2023, de acuerdo con las estadísticas oficiales citadas el pasado 2 de enero por el presidente panameño en una rendición de cuentas ante el Parlamento.
Además, según las estadísticas panameñas, al menos 55 migrantes murieron en la selva por diferentes motivos, incluidos asaltos, ataque de animales, enfermedad o fatiga, una cifra que podría ser el "doble" dada la dificultad de hallar los cuerpos en esa peligrosa selva.
Ciudad de Panamá / EFE