Gobernantes latinoamericanos adoptaron este sábado un compromiso para emprender “acciones concretas” contra la corrupción de la región durante la VIII Cumbre de las Américas, que fue inaugurada el viernes y concluye hoy en Perú.
Al pronunciarse sobre el tema, el presidente argentino Mauricio Macri dijo que mientras la democracia no sea fortalecida, la corrupción difícilmente sería vencida. “La experiencia nos enseña que allí donde la democracia se debilita, la corrupción se incrementa”, dijo el mandatario luego de la aprobación del llamado “Compromiso de Lima”.
Este documento, que cuenta con 57 puntos de acción, fue aceptado a pedido del presidente anfitrión, Martín Vizcarra quien asumió el cargo hace tres semanas luego de que el escándalo desatado por la constructora brasileña Odebrecht salpicase al expresidente Pedro Pablo Kuczynski por 35 jefes de Estado o sus representantes reunidos en el evento.
Vizcarra calificó la corrupción en las Américas como “un flagelo”.
“Es un impedimento para avanzar hacia una democracia de calidad, en un ambiente de libertad”, dijo el peruano. “El Compromiso de Lima será la base para robustecer nuestros esfuerzos”.
Esta no es la primera vez que los asistentes a una cumbre se comprometen a luchar contra la corrupción. Lo han hecho cada vez que se han reunido en los últimos 24 años, desde la primera cumbre en 1994, en Miami.
Aunque el Compromiso de Lima se enfoca en el tema, no señala procedimientos ni plazos para su implementación.
Además de la corrupción, la mayoría de los oradores mencionó tres temas actuales: la muerte de tres miembros del equipo periodístico del diario ecuatoriano El Comercio, la situación política en Venezuela y el ataque encabezado por Estados Unidos y sus aliados europeos a sitios que presuntamente producen armas químicas en Siria.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, consideró que el origen “de todos los males”, incluida la corrupción, era “el capitalismo alimentado por un sistema financiero voraz” impulsado por Estados Unidos.
Un discurso de contenido similar fue pronunciado por el canciller cubano Bruno Rodríguez, quien calificó como “una afrenta” para los países de la región el hecho de que el presidente venezolano Nicolás Maduro no fuera invitado a la cumbre.
Por su parte, el presidente chileno Sebastián Piñera se unió a otras voces, en otro lado de la acera, afirmando que su gobierno no reconocerá el resultado de las elecciones presidenciales que se realizarán en Venezuela en mayo.
“Las elecciones no son legítimas”, dijo Piñera. “Venezuela no es sólo un problema para los venezolanos. Es un problema para las Américas”.
La cumbre se realiza en momentos en que varios expresidentes de América Latina están presos por acusaciones de corrupción, entre ellos, Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Ollanta Humala, de Perú.
Lula, un antiguo sindicalista que participó en varias cumbres americanas, fue el único mencionado en la cumbre, que se realiza cada tres años.
Evo Morales dijo que Lula estaba preso porque el capitalismo usaba ahora “el alegato de corrupción” para perseguir a políticos progresistas, como antes lo hizo alegando terrorismo, narcotráfico y comunismo.
Cuando ya llevaban cuatro horas de discursos, Vizcarra dijo que aún quedaba al menos una hora más para otros oradores. Hizo notar que los discursos estaban interfiriendo con el horario del almuerzo, por lo que sometió a votación continuar con los discursos y almorzar en el lugar de la sesión, lo cual fue aceptado.
Lima / AP