La crisis eléctrica que afecta a Nueva Esparta desde hace nueve días, debido a la explosión en la planta de gas Muscar, en el estado Monagas, ha tenido un fuerte impacto en el sector educativo del estado.
Aunque no se han emitido declaraciones oficiales, se ha observado una significativa baja en los índices de asistencia a clases. En algunos salones del municipio Mariño, por ejemplo, se reportó la presencia de solo 6 de los 16 alumnos, lo que representa apenas 37,5% de asistencia.
Esta situación ha obligado a los maestros a suspender las evaluaciones programadas para estos días y a reprogramar sus actividades académicas. Los representantes de los estudiantes informan que la falta de descanso debido a los prolongados cortes eléctricos ha dificultado la asistencia.
Rosa Bermúdez, vecina de Porlamar, comentó que sus niños lloran en la noche por el calor y cuando los levantan lloran por cansancio. "Esto es muy terrible. No deberían estar las escuelas abiertas con este problema de la luz. En el plantel de mis hijos no han dejado de dar clases. Hay días que la maestra no va, van pocos niños".
Muchos padres prefieren quedarse en sus hogares cuando se restablece el servicio eléctrico, aunque sea por pocas horas, para aprovechar el tiempo y adelantar las labores domésticas.
"El día que toca luz en la mañana no llevo a mi chamo. Prefiero quedarme adelantando. Cuando no hay luz los llevo, pero pasan el día en la cancha sin hacer nada, pero al menos juegan y se distraen", dijo Yovelis Gómez, vecina de Pampatar.
La comunidad educativa espera una pronta solución a esta contingencia para poder retomar las actividades normales y garantizar el derecho a la educación de los estudiantes en Nueva Esparta.
Nueva Esparta / Mario Guillén Montero