Una violenta noche se vivió en en el sur de Chile la madrugada del domingo, cuando la policía desalojó a indígenas mapuche de edificios que habían ocupado como parte de una protesta y que sufrieron enfrentamientos con los vecinos del lugar.
Los hechos en la región de la Araucanía dejaron edificios de al menos dos municipalidades en llamas y graves destrozos en al menos otras dos municipalidades.
“Ayer fue un día doloroso para Chile (...), especialmente para la región de la Araucanía, con municipios quemados, con ciudadanos enfrentándose entre sí y con personal militar y policial herido”, afirmó el Subsecretario del Interior Juan Galli a los medios.
“No es aceptable que recintos públicos resulten quemados como consecuencia de hechos de violencia total y absolutamente condenables”, señaló Galli quien informó que hubo 48 detenidos por estos hechos, entre ellos menores de edad.
“La violencia nunca va de la mano con el diálogo”, señaló Galli, afirmando que el gobierno se ha mostrado dispuesto a dialogar.
Los hechos ocurridos en la madrugada del domingo marcan un punto de inflexión al producirse enfrentamientos entre los propios vecinos y la comunidad mapuche.
Hubo incendios en las municipalidades de de Ercilla y Treguén, a unos 600 kilómetros al sur de Santiago, y graves destrozos en las de Victoria y Curaucatín.
Cinco municipalidades (Treguén, Victoria, Curaucatín, Ercilla y Collipulli), permanecían tomadas por comuneros mapuches desde el lunes pasado para mostrar su apoyo al dirigente Celestino Córdova, en huelga de hambre desde hace varios días, y otros prisioneros mapuches a los que consideran presos políticos.
En varios de estos lugares los pobladores se acercaron a la sedes oficiales de forma violenta para forzar su desalojo y en algunos casos volcaron y quemaron los vehículos de los comuneros mapuches en el interior, según informan medios locales. La policía hubo de intervenir para forzar el desalojo y evitar que la violencia fuera a mayores. Se denuncian actos de carácter racista que se están investigando.
Las imágenes de televisión mostraban enfrentamientos entre ambos grupos y edificios en llamas.
Los hechos marcarían la fuerte reactivación del conflicto histórico entre el Estado de Chile y el pueblo originario mapuche, que fue señalado esta semana como un tema prioritario para el nuevo ministro del Interior, Victor Pérez.
La violencia se produce poco después de una visita del nuevo ministro Pérez al lugar, que ya en su discurso de asunción afirmó que la Araucanía iba a ser una de sus prioridades.
“La visita del ministro Pérez a la #Araucanía será recordada como la previa del caos. Duele ver a chilenos y mapuches enfrentados, resultado de un gob que optó por polarizar al país. Hago un llamado a la sensatez y el diálogo partiendo por La Moneda. Paren su estrategia de guerra!”, tuiteó al respecto el político opositor Jaime Quintana, senador precisamente por la Araucanía.
Los alcaldes de los pueblos afectados denuncian abandono por parte del Estado.
“Hoy día es una noche negra, una noche triste”, declaró al canal 24 horas de TVN Javier Jaramillo, alcalde la Victoria. “Aquí estuvo el ministro del Interior y no tuvo la capacidad de recibirnos”, continuó.
Otros alcaldes realizaron declaraciones similares sobre el abandono de las autoridades estatales.
De los casi 18 millones de chilenos poco menos de un millón son mapuches que viven en unas 2.000 comunidades, que aceptan la política oficial de entregar pequeños terrenos a grupos que muchas veces carecen de recursos para explotarlas. Unos 200 rechazan este plan y realizan actos violentos en demanda de la restitución de tierras de sus antepasados, los habitantes originarios de Chile.
Actualmente la mayoría de las tierras, ubicadas a unos 700 kilómetros al sur de Santiago, están en manos de grandes empresas forestales, dueños de fincas y empresas de transportes.
Santiago de Chile / AP
