Como estaba previsto, a las 5:00 de la tarde, hora local de Brasil, comenzaron a cerrar los centros electorales de Brasil, nación en la que este domingo 147,3 millones de votantes estaban convocados a elegir al nuevo presidente y renovar el Congreso y los gobiernos regionales.
Las urnas permanecerán abiertas en las ciudades que tienen husos horarios diferentes a los de las regiones sur, noreste y sureste del país, que concentran a la mayor parte de la población. El estado de Acre, en el oeste de Brasil y fronterizo con Bolivia, será el último en que se cierren los colegios debido a que tiene tres horas de diferencia con respecto a Brasilia, reseña Página 12.
Por causa de los diferentes husos horarios los primeros boletines oficiales, así como las encuestas a boca de urna, sólo se conocerán a partir de las 20.00 hora local, cuando finalice la votación en Acre.
Las elecciones de este año, las más imprevisibles desde que Brasil recuperó la democracia en 1985, se han caracterizado por un clima de radicalización y polarización entre el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, y el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Las encuestas dan como favoritos a estos dos candidatos, en la primera opción figura Bolsonaro, un polémico candidato por ser defensor de la dictadura militar (1964-1985) y por sus declaraciones machistas, racistas y homófobas, seguido de Fernando Haddad, el abanderado del exmandatario, Luiz Ignácio Lula Da Silva.
Haddad, dijo que está seguro que habrá una segunda vuelta en las elecciones presidenciales de Brasil en la que enfrentaría al ultraderechista Jair Bolsonaro.
Para ganar en la primera vuelta, los candidatos necesitan más de la mitad de los votos habilitados (50 por ciento más uno). Si ninguno de los contrincantes consigue esta cifra, los dos más votados se enfrentarían en una segunda contienda el venidero 28 de octubre.
Rio de Janeiro/ AVN