Desde hace un mes, los trabajadores de la planta de Venezolana de Cementos (Vencemos) han acudido ante las autoridades locales y protestado en las calles de Puerto La Cruz y Guanta para exigir inversión para la industria.
Ayer realizaron acciones similares, pero esta vez para anunciar que se habían declarado en “emergencia” y notificar que se fueron a un paro por la inseguridad laboral a la que se exponen diariamente por falta de mantenimiento en las máquinas.
Más de 300 trabajadores de la cementera, cuya sede está ubicada en el sector Pertigalete, del municipio portuario, cerraron por más de dos horas, desde las 8:00 de la mañana, el paso vehicular por la carretera nacional que conecta al estado Anzoátegui con Sucre.
La acción, que generó largas colas de vehículos y la intervención de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) fue realizada porque el pasado lunes, Nisdalys Rodríguez, de 42 años de edad, sufrió un accidente en las instalaciones, y una máquina le mutiló el pie izquierdo.
Luis Chaparro, secretario general del Sindicato del Cemento, aseguró que por las deficiencias del seguro médico de la empresa, el hombre fue atendido después de haber transcurrido siete horas del incidente.
“El accidente ocurrió a las 2:15 de la tarde y terminaron atendiéndolo a las 9:00 de la noche. Lo dejaron desangrar”, denunció.
Más sucesos
El vocero del gremio señaló que este es el tercer suceso que ocurre en lo que va de mes, pues. A comienzo de año, se registró el primer hecho en el área de la planta 1.
Allí, según informó Chaparro, Pedro González sufrió la mutilación de la falange del dedo medio de la mano izquierda durante las labores.
El segundo lo vivió Saverio Spano. El hombre tuvo quemaduras de primer y segundo grado en ambas piernas, luego de caer desde una superficie “falsa” en la zona donde se encontraba la materia prima a altas temperaturas.
“Esto fue el sábado antes pasado y aún nuestro compañero se encuentra hospitalizado”, añadió.
Pese a que el sindicalista no manejaba, en ese momento, las cifras totales de los accidentes laborales que se produjeron el año pasado en esa fábrica, estimó que fueron más de 50.
“Por todas estas razones, los 1.500 trabajadores nos vamos a amparar en el artículo 53 numeral 5 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat) y no regresaremos hasta que nos garanticen seguridad en esos espacios”, explicó.
Sin protección
Iván Caigua, directivo sindical, declaró que desde hace más de dos años los trabajadores no reciben dotación de indumentaria o equipos de protección.
“Los guantes brillan por su ausencia, más nunca nos dieron botas de seguridad y las mascarillas que nos dan parecen de juguete porque no nos cubren nada”, detalló.
Por ello instó a funcionarios del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (Inpsasel) a que realicen las inspecciones pertinentes en las instalaciones y constaten las condiciones en las que deben laborar los obreros.
“Hemos agotado todas las instancias y no hemos recibido respuestas (...), pero necesitamos atención. El próximo accidente que viene pudiese ser fatal”, advirtió.
Por todas las denuncias antes formuladas, Luis Guerra, representante del frente de transporte, aseguró que a estas protestas se han unido más de 600 trabajadores que pertenecen a las industrias de Anaco, Porlamar, El Tigre y Maturín.
“Y sabemos que pronto se unirán los compañeros de otras sedes”.
Guanta / Alejandra Maigua