Un agricultor fue ultimado presuntamente al medirse a tiros con uniformados de la Policía Municipal de Sotillo (Polisotillo), a las 10:30 de la mañana de este lunes, en el caserío Aguas Calientes del sector San Diego de esta jurisdicción.
Respondía al nombre de Lilian Marcelo Ramos García, de 25 años de edad, quien recibió un disparo en el tórax.
Los municipales, con el apoyo de oficiales de la Policía del estado Anzoátegui (Polianzoátegui), llevaron al individuo a la sala de urgencias del hospital Luis Razetti de Barcelona. Ya era cadáver.
En el sitio del tiroteo se apersonaron detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) que habrían recolectado una escopeta calibre 28 milímetros, sin marca ni seriales visibles.
Según declaró el director de Polisotillo, comisionado Douglas Martínez, una comisión se trasladó a Aguas Calientes luego que notificaran que un sujeto armado amenazaba a los vecinos.
Afirmó que Ramos desacató la voz de alto y accionó el arma de fuego larga contra los policías, quienes se defendieron con las suyas.
Martínez indicó que el individuo estaba señalado de presuntamente mantener en zozobra a residentes y visitantes de la comunidad rural.
Ensañamiento
Una versión diferente a la de la policial dieron unos parientes de Lilian Marcelo Ramos. Expresaron que el joven vivía en Las Carmelitas y había ido a visitar a su esposa Ledalai Orocopey, así como a sus hijos de cinco años y 12 meses de nacido.
La promotora de cultura Yarceli García y la costurera Angélica Velásquez, madre y tía del agricultor, respectivamente, manifestaron que a éste los agentes lo agarraron en la casa para matarlo.
Velásquez aseveró que los funcionarios se robaron la cartera de Ramos y teléfonos celulares. Lo que no pudieron llevarse de la vivienda, lo rompieron, dijo.
“Los policías son unos malandros con uniformes”.
Amabas mujeres indicaron que no es la primera vez que los municipales y los estadales se meten a adueñarse de objetos en la residencia de la pareja. La familia ha consignado varias denuncias ante el Ministerio Público (MP).
Aseveraron que los funcionarios continuaron ensañándose con los integrantes de la familia Ramos, pese a que ya habían apresado a uno sindicado de cometer un homicidio. No dieron más detalles.
“Los policías golpean hasta a unos liceístas por el hecho de tener el apellido Ramos”, recalcó Velásquez”.
San Diego / Yraida Núñez