Si en una entidad de Venezuela saben sobre picaduras de serpientes, es en Sucre. La médico toxicóloga a cargo de este tipo de accidentes, Carmen Rodríguez, jefa del Servicio de Toxicología en el hospital universitario Antonio Patricio de Alcalá (Huapa), admite que suelen atender a personas por este tipo de problemas, especialmente, por picaduras de crótalus, mejor conocidas como cascabeles.
La experta lamentó que, debido a múltiples inconvenientes, actualmente no llevan una estadística, pero si tratan los casos desde el ámbito clínico. De hecho, esta semana atendieron a un afectado de Carúpano, precisamente picado por una cascabel.
Generalmente, es el género más común que atienden, a la cual se suman las mapanares, rabo amarillas, rabo de candela, entre otras. Agregó que en el Huapa cuentan con la sueroterapia para neutralizar la acción del veneno de los crotalus (cascabel) y botros (mapanare).
Pero qué debe hacer una persona una vez que es picada por una serpiente, cómo debe proceder y a qué se enfrenta realmente.
Alexander Puerta, directivo de la Fundación Vivarium, Organización No Gubernamental (ONG) que presta asistencia en estos casos, cree que debe manejarse la información, para que no tergiverse y se complique el accidente ofídico.
Puerta cree que la primera tarea, aunque admite que es lo más difícil, es mantener la calma y desechar prácticas como el uso de torniquetes, cortes y succiones, colocación de shock eléctrico, dar brebajes, hasta las oraciones, porque están contraindicadas.
Pero la acción más recomendada, una vez que la persona ha sido mordida es acudir a un hospital, donde se aplicarán las medidas correspondientes. “Independientemente si el animal es o no venenoso. La región epidemiológica envía el suero a donde sea necesario”.
La toxicóloga Carmen Rodríguez coincide en que deben superarse estas prácticas, a lo cual agrega que la persona no debe caminar y acudir de inmediato a un centro asistencial donde sabrán como proceder.
Todas estas prácticas, señaló, en gran medida, hacen más difícil el accidente ofídico u ofidiotoxicosis, que es cuando hay picadura de una serpiente venenosa y hay inoculación de veneno.
Cuando la mordedura es de una serpiente no venenosa, simplemente es un accidente ofídico, también puede ocurrir cuando la serpiente es venenosa y no hay inoculación de veneno.
El experto recomienda que para evitar este tipo de encuentros es indispensable el orden y la limpieza en el hogar y cortar el monte en patios y frentes.
Sobre la casuística, el vocero de la Fundación Vivarium, señala que Sucre y Monagas suelen dar muchos casos de este tipo de accidentes. El año pasado contabilizaron unos 20 casos en estas dos entidades, aunque la tarea de las estadísticas es del Ministerio de Salud.
A nivel nacional, 85% de los accidentes los causan las mapanares, 12% los cascabeles y hay un único suero para las dos especies.
Otro suero demandado, es el suero anti coral, que explicó, no es elaborado en Venezuela, pero la empresa Biotecfar, que elabora el antídoto para las otras dos especies, lo tiene en reserva en caso de necesidad.
Los accidentes son muy comunes, dijo, en zonas de cafetales y cacaotales, que es el hábitat predilecto de las mapanares o botros.
Quienes en algún momento quieran tener más información o requieran algún tipo de servicio asociado con estos accidentes pueden contactar a la Fundación Vivarium en todas las redes sociales; Instagram, Tic Toc, Facebook o a través del número 0424-4085311. También a través de su página web www.fundacionvivarium.org y el correo [email protected].
La ONG se dedica a la conservación de la fauna, la lucha contra los accidentes ofídicos, así como labores en un banco de venenos e investigación sobre zootoxinas.
Sucre / Yumelys Díaz
