La campeona olímpica de 2016 participará en la final de viga de equilibrio este martes, poco más de una semana después de su retirada de la final femenina por equipos para centrarse en su salud mental.
“Estamos muy contentos de confirmar que verán a dos deportistas estadounidenses en la final de viga de equilibrio mañana, ¡¡Suni Lee y Simone Biles!! ¡No podemos esperar a verlas a las dos!”, dijo el equipo de gimnasia de Estados Unidos en un comunicado.
Biles, de 24 años, logró el bronce en viga en Río de Janeiro hace cinco años y se metió entre las ocho finalistas de la disciplina en el primer fin de semana de la competición en el Centro de Gimnasia de Ariake.
Biles abandonó la final del programa completo por equipos el 27 de julio tras una titubeante actuación en el potro en la primera rotación. Observó desde un costado como sus tres compañeras completaban el concurso sin ella y se alzaban con la plata por detrás del equipo que representa al Comité Olímpico de Rusia.
Más tarde, Biles dijo que sufría un bloqueo mental conocido en la gimnasia como “twisties”, o episodios de desorientación en los que le cuesta trabajo tomar consciencia de en qué lugar se encuentra su cuerpo en relación con el suelo.
Biles se había clasificado para las cinco finales individuales, pero se retiró de cuatro: el programa completo, potro, suelo y asimétricas. Lee la sucedió como campeona del programa completo, la quinta estadounidense en fila que se lleva el título máximo de la disciplina.
Considerada como la mejor gimnasta de todos los tiempos y referente indiscutida de la delegación de Estados Unidos, Biles no ha dejado de entrenarse, con la federación de su país evaluando su condición todos los días tras bajarse de varias finales. Ha estado presente en las gradas alentando a Lee, MyKayla Skinner y Jade Carey al competir en otras finales de aparatos.
Explicó a fondo sobre “los twisties” la semana pasada, detallando que perdió la confianza de saber lo que su cuerpo iba a hacer al volar. No es la primera vez que Biles padece el problema, diciendo que le afectó tanto en las barras asimétricas y la viga. Previos incidentes con el problema se limitaron al ejercicio de piso y el salto de potro, donde hay que mostrar más elementos de contorsión.
Concluir su segunda justa olímpica — quizás su carrera — en la viga sería lo más justo para Biles. Ganó el bronce tras estar a punto de caerse en la barra en medio de la rutina. Fue su quinta medalla en Río, las otras cuatro fueron de oro.
Biles ha dicho que la medalla que más orgullo le hace sentir fue el bronce en Brasil y se lo hace recordar a quienes lo definen como una decepción. Considera que ello es una muestra del doble estándar que se le aplica cada vez que compite.
Atletas de todas partes — dentro y fuera del ámbito olímpico — se han solidarizado con ella durante la última semana, elogiándola por pronunciarse sobre la importancia de la salud mental.
Tokio / AP