Los países miembros de la Unión Europea (UE) están alistándose para adoptar un sistema común de semáforos para coordinar los viajes a través del bloque de 27 naciones, pero el retorno a la plena libertad de movimiento en medio de la pandemia de COVID-19 sigue lejos de ser posible.
Además de provocar la muerte de por lo menos 151.000 ciudadanos europeos y llevar a recesión la economía de la UE, el coronavirus también ha propinado un golpe a una parte fundamental de la comunidad: la libertad de movimiento de la gente.
Cuando el virus llegó al continente en marzo, varias naciones de la UE decidieron cerrar sus fronteras a los no eran ciudadanos europeos sin consultarlo con sus países vecinos, creando atascos de tránsito y ralentizando las entregas de equipos médicos sumamente necesarios.
Las restricciones, que también causaron estragos entre los millones de turistas tomados por sorpresa por el virus, provocó que el órgano ejecutivo del bloque pidiera un enfoque más unificado.
El mes pasado, la Comisión Europea presentó unas propuestas que han sido objeto de discusión y de modificaciones antes de su aprobación prevista para el martes por parte de los países miembros.
Voz
“Esperamos que sea un gran paso para abordar las interrupciones unilaterales”, comentó un funcionarios de la comisión europea, hablando bajo condición de anonimato para poder informar al respecto.
La medida clave que se acordó es un mapa común de infecciones que será elaborado por el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades.
Colocará a las regiones europeas en zonas verdes, naranjas y rojas de acuerdo con la gravedad de sus brotes de coronavirus, tomando en cuenta la tasa de casos nuevos de coronavirus por cada 100.000 personas y el porcentaje de pruebas positivas.
Sin embargo, la armonización no proporciona reglas prácticas comunes para las zonas rojas y naranjas de la UE.
Los viajeros de zonas verdes no enfrentarán límites a sus movimientos, pero los gobiernos nacionales seguirán implementando sus propias restricciones, como cuarentenas o pruebas obligatorias a la llegada de la gente procedente de zonas rojas o naranjas.
Recomendaciones
La comisión recomendó la implementación de pruebas obligatorias para los viajeros provenientes de las zonas más peligrosas, pero no puede imponer esa medida porque las cuestiones de salud y fronterizas siguen siendo prerrogativa de los gobiernos nacionales.
Un diplomático indicó que el objetivo era crear una forma para que los países de la UE no cierren sus fronteras entre sí.
Bruselas / Samuel Petrequin / AP