El sulforafano es un compuesto bioactivo presente en vegetales crucíferos como el brócoli, la col rizada o la rúcula, según la Clínica Mayo, Sin embargo, no se encuentra de forma activa en las plantas. Se forma únicamente cuando se daña el tejido vegetal, por ejemplo, al cortar, masticar o procesar el alimento.
Este daño libera dos componentes esenciales: la glucorafanina, un compuesto natural, y la mirosinasa, una enzima. Al combinarse, generan sulforafano. Esta reacción es sensible si alguno de estos dos elementos no está presente o se desactiva (por calor excesivo, por ejemplo), el sulforafano no se forma, y por tanto no se obtienen sus efectos potenciales.
Este factor es clave al elegir suplementos: muchos no garantizan la presencia de ambos precursores activos.
Entre los principales beneficios se encuentran:
También se han explorado sus efectos sobre la longevidad y la salud metabólica. No obstante, como todo compuesto bioactivo, puede provocar efectos secundarios en algunas personas, como acidez o molestias gastrointestinales.
Ningún alimento contiene sulforafano activo de forma natural, sino los precursores necesarios para producirlo. Por eso, se evalúa el potencial de cada verdura crucífera según su contenido en glucorafanina y mirosinasa.
Entre las fuentes con mayor potencial están:
Madrid / EFE