La aviación israelí lanzó la madrugada de este domingo más de una treintena de bombardeos contra diferentes puntos de los suburbios beirutíes del Dahye, que vivieron su noche “más violenta” en un año de conflicto, informó la Agencia Nacional de Noticias del Líbano (ANN).
“Los suburbios meridionales de Beirut registraron su noche más violenta desde el inicio de la agresión, al ser objetivo de más de 30 ataques, cuyo eco se escuchó en Beirut y cuyo humo negro cubrió todas las zonas del extrarradio”, indicó el medio estatal.
Los bombardeos alcanzaron al menos cinco barrios residenciales distintos del Dahye, así como una gasolinera ubicada en la carretera que une la capital con el Aeropuerto Internacional Rafic Hariri, el único operativo del país y donde los vuelos son limitados desde hace semanas.
Al menos 23 personas murieron y otras 93 resultaron heridas a lo largo del sábado en ataques israelíes en diferentes puntos del Líbano, informó este domingo el Ministerio de Salud Pública.
El departamento gubernamental precisó en un comunicado que las víctimas se registraron en las provincias meridionales de Sur del Líbano y Nabatieh; las orientales Bekaa y Baalbek-Hermel; así como en la central Monte Líbano, adyacente a Beirut.
Por primera vez, Israel bombardeó también el norte del país, donde murieron cuatro personas, aunque que la mayor parte de los fallecidos el sábado se concentraron en la demarcación administrativa de Nabatieh, con nueve, según el Ministerio.
El Ejército israelí confirmó también la muerte de Hader Ali Tawiil, comandante de la compañía Kafr Kila del grupo chií Hizbulá, al que atribuyeron la responsabilidad de disparar “cientos de proyectiles y misiles antitanques contra las comunidades del norte de Israel”.
Ali Tawiil murió en un bombardeo de las Fuerzas del Aire israelíes, si bien el Ejército no dio más detalles al respecto, como su ubicación. Sin embargo, la compañía comandada por el miliciano, la de Kafr Kila, se corresponde con una localidad fronteriza con Israel.
Tawiil, de la mano de los milicianos Mohamed Hader y Hassan Ntiir, ambos también fallecidos en ataques israelíes esta semana, participó en un ataque con un misil antitanque que mató a un civil israelí de 76 años, Mira Ayalon, y su hijo, el sargento reservista Barak Ayalon, en el norte de Israel.
Con este anuncio aumentan las cifras de los líderes del grupo proiraní a los que Israel ha matado en los últimos días, y que ayer el portavoz castrense Daniel Hagari estimo en más de 30 durante una comparecencia en vídeo.
En total, Hagari aseguró que las fuerzas armadas han acabado con unos 440 combatientes desde que lanzó su incursión terrestre “limitada” en el sur del Líbano, en la que hasta ahora han muerto al menos nueve soldados israelíes y uno resultó ayer gravemente herido.
Por otro lado, el Ejército israelí confirmó el lanzamiento de una serie de ataques nocturnos en las inmediaciones de la ciudad, donde afirma haber alcanzado “almacenes de munición y otras infraestructuras terroristas”, según un comunicado militar.
El portavoz para los medios árabes de las Fuerzas de Defensa de Israel, Avichay Adraee, detalló en un comunicado difundido en redes sociales que se “tomaron medidas para reducir la posibilidad de dañar la vida de civiles y se enviaron advertencias anticipadas de evacuación para los residentes”, y agregó que seguirán las operaciones contra los grupos armados que operan en el sur del Líbano.
Previamente, desde Israel, se reportó que aproximadamente 130 proyectiles disparados por Hizbulá lograron cruzar desde el Líbano hacia territorio israelí.
La milicia chií Hizbulá lanzó los cohetes contra localidades del norte de Israel en una nueva jornada de enfrentamientos en los que el Ejército israelí respondió bombardeando el sábado los suburbios del sur de Beirut.
En la última semana, sus cazas y drones han bombardeado diariamente el Dahye, un importante bastión del grupo chií libanés Hizbulá que había estado mayormente exento de ataques durante casi todo el conflicto iniciado entre las partes en octubre de 2023.
Sin embargo, en el marco de la fuerte escalada lanzada por Israel desde mediados de septiembre, se han producido allí numerosos bombardeos y ataques que Israel asegura que son “selectivos” contra líderes de Hizbulá, como el que hace una semana mató a su secretario general, Hasán Nasrala.
Paralelamente, las fuerzas israelíes han entablado combates terrestres dentro del territorio libanés, en áreas adyacentes en la frontera donde han reconocido nueves soldados muertos, y mantienen una intensa campaña de bombardeos contra el sur y el este del país, también feudos del grupo chií.
De igual forma anunció la muerte de dos responsables de Hamás en territorio libanés, sin que estas organizaciones islamistas hasta el momento confirmaran los asesinatos.
Más temprano, el jefe del Estado Mayor del Ejército de Israel, Herzi Halevi, insistió en mantener la presión sobre Hizbulá en el Líbano “sin concesiones”, en unas declaraciones difundidas por las fuerzas armadas de su país.
Por su parte, Hizbulá aseguró que durante la madrugada respondió a un “intento de avance” de las tropas israelíes en la localidad de Oddaisseh, en la frontera sur del Líbano, donde horas antes ya había informado de otro intento de infiltración repelido con un ataque que provocó “una explosión masiva” que, según la milicia, causó bajas entre sus filas.
Desde el comienzo de las hostilidades, los ataques de Israel en el sur, el valle de la Becá y la capital, Beirut, han matado a casi 2.000 personas y han obligado a 1,2 millones de personas a abandonar sus hogares, principalmente en el sur y el este del país mediterráneo.
Por otro lado, el número de personas que han cruzado la frontera siria huyendo de la violencia en Líbano se eleva ya a 220.000, mientras que sus rutas se han visto alteradas por el bombardeo israelí de hace dos días cerca del principal paso fronterizo, informó la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Desde el inicio de una intensa campaña aérea israelí contra el Líbano hace dos semanas, unas 220.000 han huido por tierra a Siria, de las que se estima que alrededor del 70 % son ciudadanos sirios y un 30 % libaneses, con solo algunos casos de terceros países, según un informe publicado por ACNUR.
Beirut / EFE